El miedo es un mentirosoMuestra

 ¿No escuchaste?

Seguro que sí. Porque lo dice todo lo creado, pero además, si prestamos atención, también lo dice nuestro pasado, porque en cada detalle, El se detuvo para crearnos, y puso eternidad en nuestros corazones. No se detuvo al pensarnos, también puso en marcha su plan para que al nacer, fuera El quien pusiera pinceladas de su gracia en lo cotidiano. No porque todo estuviera bien, sino porque su presencia estaría ahí, todo el tiempo, a cada paso. Y así fue. El Dios de los detalles, haciéndose notorio para que mis ojos lo vean, para que me dé cuenta, que no estoy solo, que no fui producto de una explosión descontrolada. El quiso que yo existiera, porque quería acompañarme, ser parte de mis planes, ser mis planes.

También lo dice el presente y estoy seguro, lo dirá el futuro. Porque aún los detalles que no entiendo, se convierten a poco, en planes más grandes, más altos que lo que yo pude planear. Esperar en El es la clave. En su grandeza, su eternidad, su soberanía y su amor.

No importa cuán increíbles sean sus planes, ni cuán lejos parezcan estar, son Sus planes y no es un Dios que ande perdiendo batallas por ahí.

Hoy puedo responder que sí, lo vi y lo veo, solo necesito recordárselo a mi alma para que suelte la carga, y cierre sus oídos a la mentira. Porque mi Dios sigue diciendo, “no importa cuán grande parezca Goliat, ni cuan interminable el desierto, no importa cuántas veces te vendan, o cuantos vengan en tu contra, sigo en control, mi brazo no se ha acortado y mi trono sigue siendo el más alto. En El encontrarás el socorro oportuno, el de hoy, el de ahora.”