Cultivando Nuestras Relaciones Con Los DemásMuestra

Las relaciones con los jefes y/o compañeros pueden tornarse complicadas si no hay principios que las rijan, al igual que con los demás.

Si bien es cierto existe un contrato laboral y es un medio para obtener beneficios de interés mutuo, debemos buscar que el entorno sea agradable y funcional a través de relaciones saludables. Nuestro compromiso en el trabajo debe ser de honra. 

Por muchos años trabajé como secretaria, fui asistente para diferentes personas en diversas áreas. Y puedo decir categóricamente que regirme bajo principios respaldó mi trabajo día a día, sobre todo en momentos difíciles. Entendí que mi lealtad y honra eran primero para Dios, y en consecuencia para mis jefes y compañeros. Entendí que hacer las cosas como para Dios, sirviendo a la gente, me daba satisfacción pero sobre todo paz y gozo.

En tu lugar de trabajo, a diario puedes experimentar muchas emociones dependiendo de la situación, pero tú y solo tú decides cómo afrontarlas o disfrutarlas. Tu corazón es probado tanto con un jefe difícil de tratar como con un jefe que es una grata persona. Lo mismo si hablamos de tus compañeros. Y vaya…! No quedas al margen si eres tú quien ejerces una jefatura. Los principios son los mismos.

Conscientes e inconscientes trabajamos por un salario, pero no podemos pasar por alto a las personas para quien y/o con las que trabajamos. Guarda tu corazón, y comparte con los que te rodean el precioso amor con el que Cristo te ha amado y ha derramado en tu ser interior, a través de tus actitudes.