Pedro sin filtroMuestra

Sigueme, hay más.

Permitime decirlo de esta manera. Pedro está en el lugar que representa el pasado, hay olor a pescado, vuelve a renegar con las redes y a confrontarse con sus frustraciones.

Se había corrido un poco del llamado, necesitaba refrescar quien era él ahora.

Jesús le hace una pregunta una y otra y otra vez, “¿Me amas?”. Mientras Pedro recibe la gracia de haber sido perdonado por negar a Jesús y en un sentido negar también quién era él mismo, y entonces volver al pasado, también recibe la renovación del llamado. Vuelve a escuchar quién es y para que existe. Vuelve a ser Pedro, para dejar a Simón atrás. Vuelve a vivir que el pasado no puede olvidarse, pero si sanarse para pasar el siguiente nivel.

Este pasaje tiene además algo extraordinario. Es que Jesús vuelve a contarle a Pedro su futuro. Le había dicho que lo haría pescador de hombres, y en eso se había convertido, le había anticipado que lo negaría tres veces, y eso también había pasado, y ahora le decía, vendrán tiempos en que no podrás hacer lo que quieras, y te llevarán donde no puedas negarte, y morirás, mejor seguime ahora. Pedro vuelve a caminar con Jesús luego de esta escena, había sido restaurado, su llamado había sido confirmado y ampliado. Por eso su respuesta, “Tú lo sabes todo, pasado, presente y futuro”.

Necesitamos de un pasado restaurado, un presente renovado y un futuro confiando en que Él está a cargo. Después de todo, el llamado es a seguirlo. Él va adelante y ya conoce el camino, será cuestión de mantenernos lo suficientemente cerca para no perderlo de vista. No juega a las escondidas, más bien prefiere las encontradas. ¿Vamos?