Cómo ser un buen vecino Muestra

¿Qué es pecado?

En el Evangelio de Lucas, capítulo 15, Jesús cuenta tres historias: la oveja perdida, la moneda perdida y la parábola de «El hijo pródigo». En la primera parte de la parábola, el menor de dos hermanos malgastó su herencia con prostitutas, y ahora vive con cerdos. Piénsalo, ¡obviamente está en pecado!

Es fácil decirlo cuando alguien se equivoca y está en problemas. Te rompe el corazón. Una vez estábamos cerca cuando un joven sin hogar se desmayó y estábamos tratando de despertarlo. Se podría decir que él estaba perdido. Ni siquiera tenía zapatos puestos. Era obvio que estaba en mal estado.

La segunda parte de la parábola de «El hijo pródigo» es sobre el hijo mayor. Era muy «bueno», pero todavía estaba alienado del corazón del padre. Tenía todas las cosas del padre y obedecía sus reglas, pero tampoco tenía al padre en su vida. Solo quería las cosas del padre, su herencia, pero lo hizo de una manera diferente. No era tan obvio como el hijo menor, pero también estaba equivocado. Jesús nos está mostrando que ambos son pecadores. Uno lo hizo limpio y el otro lo hizo sucio, pero ambos terminan en el mismo lugar, sin Dios.

El hijo que desperdició su vida en prostitutas recobró el sentido y dijo: «Necesito tener de vuelta a mi padre». Es él quien vuelve a encontrar el amor del padre. Pero el que siempre fue un buen chico, permanece perdido. Jesús está diciendo: «Necesitas al padre incluso si no lo has arruinado».

¿Sabes con quién está hablando Jesús en esta historia? Con un grupo de fariseos. Les está diciendo: «Ustedes son el segundo hijo. Lo tienen todo junto, no actúan mal, no están desperdiciando su vida con todos estos vicios, no son drogadictos, pero... extrañan al Padre. Te estás perdiendo el amor del Padre. Te estás perdiendo la bondad del Padre. Te estás perdiendo la salvación del Padre. Te estás perdiendo su corazón. Necesitas al Padre».

Es como si Jesús estuviera diciendo: «Ambos están equivocados, ambos están haciendo del mundo un lugar terrible, pero de diferentes maneras». Sí, hay una oveja perdida que necesita ser encontrada, hay una moneda perdida que necesita ser encontrada, pero hay dos hijos perdidos que necesitan al Padre.