Amada por el Dios que ve mis necesidades más profundasMuestra
Un encuentro inesperado
La mujer de Sicar notó que alguien cubierto de polvo y cansado estaba cerca. Por su apariencia, intuyó que era judío. Ella trató de concentrarse en su tarea, no esperaba que Él le hablara. «Hoy no», pensó. «Oh, por favor, déjame sacar agua y volver a casa sin ningún problema». Bajó su cántaro por el pozo.
Jesús fue un revolucionario en sus días en la tierra. Nunca se inclinó ante las convenciones o las normas culturales impías. Él eligió viajar por Samaria ese día. Podría haber elegido una ruta diferente para evitar el pueblo samaritano, pero decidió viajar por ese territorio.
«¿Me darás de beber?» le dijo suavemente. Su mirada captó su ansiedad y agitación. «¿Me hablas a mí?» Ella se preguntó. Años de desagradables intercambios con judíos alimentaron su amarga respuesta. «¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?» (versículo 9) NVI Él no tenía ningún recipiente para sacar agua, por lo que ella cuestionó su intención. Además, estaba prohibido que un judío bebiera de cualquier recipiente tocado por una mujer samaritana, la cual era consideraba perpetuamente impura.
La actitud de Jesús hacia ella fue indudablemente poco convencional. No solo había elegido hablar con una mujer, sino que también se había atrevido a hablar con una samaritana. Un rabino nunca conversaría abiertamente con una mujer, especialmente una samaritana que era conocida como pecadora y considerada inmunda. Sin embargo, Jesús decidió acercarse a ella.
Su paciencia con sus bruscas respuestas la sorprendió. «Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua –contestó Jesús– tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida» (versículo 10) NVI. ¿De qué hablaba? Pensó para sí misma. ¿Había algún tipo de agua que pudiera calmar su sed física y lavar más que el polvo que cubría sus pies? ¿Podría lavar la vergüenza de su corazón dañado?
¿Cuántas veces tratamos de satisfacer nuestras necesidades más profundas con «agua» que no puede quitar esa sed, ese anhelo de amor y significado? Es posible que hayamos abierto nuestro corazón tantas veces a las personas equivocadas que sentimos como si estuviéramos en un pozo, no frente a un pozo.
Abre tus ojos y mira que contra viento y marea hoy, Jesús decidió venir a encontrarse contigo justo donde estás. Permite que este encuentro inesperado cambie tu vida para siempre.
Para escribir en el diario
Escribe algunas oraciones para describir las necesidades más profundas de tu vida. Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier manera en que podrías estar sustituyendo fuentes impías como respuestas a esas necesidades.
Escrituras
Acerca de este Plan
Como mujeres, es tan fácil sentirnos invisibles. En medio del agotamiento de la vida cotidiana, es difícil no preguntarse: “¿Acaso alguien ve mi esfuerzo, mis luchas? ¿Acaso alguien al menos quiere hacerlo?” Descubre que con una vista perfecta y eterna, Dios te ve, y la vida que ofrece está llena de propósito y esperanza. ¡Únete a este viaje y acércate aún más al Dios que te ve y te ama!
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Nos gustaría agradecer a The Assemblies of God / El Centro por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://women.ag.org/Theme