4 Retos De Un Discípulo En La Era DigitalMuestra

La Constante Comparación

El compararnos unos a otros siempre ha existido, pero la era digital ha disparado la comparación a niveles insospechados. Puesto que las redes sociales siempre muestran la mejor versión de nosotros, es injusto cuando comparamos nuestros momentos de miseria con los momentos de gloria de los demás. 

Ya sean las vacaciones soñadas en una isla paradisíaca, la experiencia culinaria más exótica, la nueva adquisición familiar o cualquier otro aspecto, siempre estamos comparándonos. Y esa comparación puede llevarte en dos caminos igualmente peligrosos: el sentirte mejor que los demás o el llenar tu corazón de amargura ante el éxito de los demás. Tanto el orgullo como la envidia son enemigos de tu corazón y se convertirán en una trampa para ti. 

Debemos recordar, como lo expresó Santiago, que “toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto”. No hay nada que una persona tenga o logre que no le haya sido dada por Dios. Y si es Dios quien lo ha orquestado, ¿por qué reaccionamos mal ante eso? Debemos aprender a desarrollar un corazón agradecido con lo que Dios nos ha dado. Tu familia, tu salud, tu trabajo o negocio, tus habilidades, todo esto es un regalo de Dios. 

Pasos Prácticos:

• Cuando la tentación de la comparación venga, recuerda que Dios te ha diseñado de manera única y no para ser una copia de tu hermano, tu amigo o tus padres.
• Renuncia a vivir para la aprobación de los demás y comienza a vivir bajo la aprobación de Dios.