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365 días con Dios

DÍA 30 DE 31

30 enero - Fuerza de vida es Dios

Zacarías 4:6 TLA  “Así que el ángel me explicó: Dios le está mandando un mensaje a Zorobabel, y es el siguiente: Zorobabel, no hace falta que seas poderoso, ni necesitas un gran ejército; lo único que necesitas es mi Espíritu. Yo soy el Dios todopoderoso, y te aseguro que así es".

Sansón es el ejemplo de alguien que se olvidó de quién provenía su fuerza.

La Biblia dice que él salió de la ciudad de Gaza que significaba "lugar de fortaleza" y pensó que podría seguir viviendo sin la fuerza de vida que provenía del Espíritu de Dios pero muchas de las cosas que queremos conseguir en esta vida no se consiguen por fuerza, sino por la voluntad de Dios.

Dios nos da la fuerza de vida necesaria para superar cualquier adversidad que se levante contra nosotros. Necesitamos escuchar Su voz porque la voz de Dios para el cristiano es como la espinaca para Popeye: “Nos da fuerza, nos da vida y nos hace invencibles”.

Éxodo 15:2 TLA “Yo le dedico este himno, porque él me da fuerza y me salva. Él es mi Dios; por eso lo alabo. Él es el Dios de mi padre; por eso lo adoro.”

El Espíritu Santo quiere ser tu fortaleza. Recuerda que no es por tu fuerza ni por tus estudios, tampoco por tu supuesta seguridad, sino que es de su Espíritu de dónde proviene la fortaleza.

No conocen imposibles, aquellos que buscan su fuerza en la presencia de Dios.

Jeremías 32:17 TLA " Dios de Israel, tú, con tu extraordinario poder, has creado el cielo y la tierra. ¡No hay nada que tú no puedas hacer!”

Troya era una ciudad con una característica especial, tenía unas murallas impenetrables. Ese era su orgullo y su fortaleza: “Nadie podía conquistarla” y durante 300 años los griegos querían destruirla, tomar venganza y no iban a parar hasta conseguirlo. Cientos de barcos intentaron conquistarla, pero fracasaron hasta que a alguien se le ocurrió hacer un presente: un caballo de madera, y dentro de él esconder unos griegos. Ellos se escondieron en una isla cerca del lugar, para dar la impresión que estaban vencidos. 

Al comienzo, el caballo causó desconfianza, pero los troyanos lo introdujeron dentro de la ciudad y creyeron que ya la pelea había terminado. Celebraron, se embriagaron y dentro del caballo estaban los griegos que terminaron por matar a la guardia y a todos los desprevenidos troyanos.

Las murallas impenetrables son las manos de Dios, que nos defienden cuando es Él nuestra fortaleza.

El diablo no se ha rendido en su intención de destruirnos y que algunos de nosotros hayamos permitido un caballo de Troya en el corazón, un pecado consentido, es como tener pequeños griegos viviendo en el corazón que pronto saldrán de sus madrigueras a destruirnos. 

Si Dios es tu fortaleza no puedes tener secretos con el diablo, ni áreas grises en tu vida. Puede que la vida de un cristiano no sea color de rosa, pero siempre tiene que ser transparente.

Tu enemigo querrá conquistarte sigilosamente, poco a poco para que te alejes de la fortaleza de Dios. No confíes en ti mismo, no creas que ya todo está superado y que aquello que tanto criticas, nunca te sucederá a ti. Necesitamos subir a la fortaleza de nuestra vida… Dios. Buscarle con humildad, como que nuestra vida depende de ello. 

Un día que te alejas de la fortaleza, te acercas a la debilidad. Le sucedió a David con Betsabé por un día que no fue a la batalla, le sucedió a Sansón cuando expuso su fortaleza a Dalila... una mujer que no era para él.

Le sucedió al rey Uzías después de 52 años de victorias y prosperidad, un día su corazón se enalteció para su ruina. Le sucedió a Moisés que mató a un hombre, golpeó la roca y su carácter le impidió entrar en la tierra prometida.

Las palmeras gigantes se vienen abajo por pequeños insectos. Así que, guárdate de las pequeñas zorras o de las licencias indebidas que te das.

Jeremías 17:5 TLA "Yo, el Dios de Israel, declaro: ¡Maldito quien confía en los demás!
¡Maldito quien confía en sí mismo! ¡Maldito quien se aleja de mí!” 

Tu fortaleza no debe ser alguien de carne y hueso ni tampoco pensar que como eres poderoso, siempre tendrás la sartén por el mango en todo... Debemos dejarnos guiar por su Santo Espíritu.

Tu apoyo no puede ser tu propia fuerza porque eso apartará tu corazón de “la fortaleza” ... Dios.

Tu única y verdadera fuerza tiene que estar en Dios.

Salmo 27:1 TLA “Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!”

No tengo temor cuando Dios es la fortaleza de mi vida. 

Lee el Salmo 46... “Nuestro Dios es como un castillo que nos brinda protección. Dios siempre nos ayuda cuando estamos en problemas.
2-3 Aunque tiemble la tierra y se hundan las montañas hasta el fondo del mar; aunque se levanten grandes olas y sacudan los cerros con violencia, ¡no tendremos miedo!

Un río alegra a los que viven en la ciudad de Dios; sus arroyos llenan de alegría el templo del Dios altísimo.
La ciudad de Dios jamás caerá porque Dios habita en ella; Dios mismo vendrá en su ayuda al comenzar el día.

Cuando Dios deja oír su voz, se asustan las naciones, se tambalean los reinos y se estremece la tierra.” 

Repite conmigo: “Dios, tú eres mi fortaleza y la fuerza de mi vida”.

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