El NarradorMuestra

¿Alguna vez has tratado de ocultar un error a alguien que amas? ¿Lo mantuviste en secreto de tus amigos o familiares porque tenías miedo de lo que pensarían o dirían? Estabas seguro de que si se enteraban, estarías acabado, completamente avergonzado, y nunca más podrías mostrar tu cara a su alrededor. Lo creas o no, muchos hombres y mujeres en la Biblia sabían lo que era cometer errores como ese. ¡Se sintieron de la misma manera que todos nos sentimos a veces! 

Pero como nos recuerda este versículo de Santiago, Jesús ofrece más gracia que la que nuestros errores podrían crear. Así que cuando cometamos errores, lo mejor que podemos hacer es contarle a Dios. Podemos reconocerlos y ser honestos al respecto, porque cuando lo hacemos, Dios nos da gracia. Pídele a Dios que te ayude a reconocer tus errores, y observa cómo te da su gracia.