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 Cuando experimentamos los sentimientos que surgen con algo tan grande como el divorcio o los cambios en la dinámica de nuestra familia, puede ser fácil pensar que a nadie le importa o que nadie lo entiende. Puede ser fácil sentirse solo. Pero en medio del dolor, es importante recordar la verdad de este versículo. Dios cuida de ti. Dios quiere escuchar acerca de tus preocupaciones y dolor. Y quiere que se los entregues a Él, que le permitas cargar con el peso de lo que sientes. Tómate el tiempo para escribir algunas de las angustias o preocupaciones que sientas o estás experimentando en este momento. Luego, deshazte de ellas, haciendo un esfuerzo para recordarte a ti mismo que se la estás entregando a Dios.