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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch17" data-usfm="1KI.17.8+1KI.17.9+1KI.17.10+1KI.17.11+1KI.17.12+1KI.17.13+1KI.17.14+1KI.17.15+1KI.17.16+1KI.17.17+1KI.17.18+1KI.17.19+1KI.17.20+1KI.17.21+1KI.17.22+1KI.17.23+1KI.17.24">
 <div class="p">8Vino luego a &#233;l palabra de Jehov&#225;, diciendo: 9Lev&#225;ntate, vete a Sarepta de Sid&#243;n, y mora all&#237;; he aqu&#237; yo he dado orden all&#237; a una mujer viuda#Lc. 4.25-26. que te sustente. 10Entonces &#233;l se levant&#243; y se fue a Sarepta. Y cuando lleg&#243; a la puerta de la ciudad, he aqu&#237; una mujer viuda que estaba all&#237; recogiendo le&#241;a; y &#233;l la llam&#243;, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11Y yendo ella para tra&#233;rsela, &#233;l la volvi&#243; a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas tambi&#233;n un bocado de pan en tu mano. 12Y ella respondi&#243;: Vive Jehov&#225; tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un pu&#241;ado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recog&#237;a dos le&#241;os, para entrar y prepararlo para m&#237; y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13El&#237;as le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a m&#237; primero de ello una peque&#241;a torta cocida debajo de la ceniza, y tr&#225;emela; y despu&#233;s har&#225;s para ti y para tu hijo. 14Porque Jehov&#225; Dios de Israel ha dicho as&#237;: La harina de la tinaja no escasear&#225;, ni el aceite de la vasija disminuir&#225;, hasta el d&#237;a en que Jehov&#225; haga llover sobre la faz de la tierra. 15Entonces ella fue e hizo como le dijo El&#237;as; y comi&#243; &#233;l, y ella, y su casa, muchos d&#237;as. 16Y la harina de la tinaja no escase&#243;, ni el aceite de la vasija mengu&#243;, conforme a la palabra que Jehov&#225; hab&#237;a dicho por El&#237;as.</div><div class="p"> 17Despu&#233;s de estas cosas aconteci&#243; que cay&#243; enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no qued&#243; en &#233;l aliento. 18Y ella dijo a El&#237;as: &#191;Qu&#233; tengo yo contigo, var&#243;n de Dios? &#191;Has venido a m&#237; para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? 19&#201;l le dijo: Dame ac&#225; tu hijo. Entonces &#233;l lo tom&#243; de su regazo, y lo llev&#243; al aposento donde &#233;l estaba, y lo puso sobre su cama. 20Y clamando a Jehov&#225;, dijo: Jehov&#225; Dios m&#237;o, &#191;aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haci&#233;ndole morir su hijo? 21Y se tendi&#243; sobre el ni&#241;o tres veces, y clam&#243; a Jehov&#225; y dijo: Jehov&#225; Dios m&#237;o, te ruego que hagas volver el alma de este ni&#241;o a &#233;l. 22Y Jehov&#225; oy&#243; la voz de El&#237;as, y el alma del ni&#241;o volvi&#243; a &#233;l, y revivi&#243;. 23Tomando luego El&#237;as al ni&#241;o, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo El&#237;as: Mira, tu hijo vive. 24Entonces la mujer dijo a El&#237;as: Ahora conozco que t&#250; eres var&#243;n de Dios, y que la palabra de Jehov&#225; es verdad en tu boca.</div>
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 <div class="chapter ch18" data-usfm="1KI.18.1+1KI.18.2+1KI.18.3+1KI.18.4+1KI.18.5+1KI.18.6+1KI.18.7+1KI.18.8+1KI.18.9+1KI.18.10+1KI.18.11+1KI.18.12+1KI.18.13+1KI.18.14+1KI.18.15+1KI.18.16+1KI.18.17+1KI.18.18+1KI.18.19+1KI.18.20+1KI.18.21+1KI.18.22+1KI.18.23+1KI.18.24+1KI.18.25+1KI.18.26+1KI.18.27+1KI.18.28">
 <div class="p">1Pasados muchos d&#237;as, vino palabra de Jehov&#225; a El&#237;as en el tercer a&#241;o, diciendo: Ve, mu&#233;strate a Acab, y yo har&#233; llover sobre la faz de la tierra. 2Fue, pues, El&#237;as a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria. 3Y Acab llam&#243; a Abd&#237;as su mayordomo. Abd&#237;as era en gran manera temeroso de Jehov&#225;. 4Porque cuando Jezabel destru&#237;a a los profetas de Jehov&#225;, Abd&#237;as tom&#243; a cien profetas y los escondi&#243; de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustent&#243; con pan y agua. 5Dijo, pues, Acab a Abd&#237;as: Ve por el pa&#237;s a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos, a ver si acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. 6Y dividieron entre s&#237; el pa&#237;s para recorrerlo; Acab fue por un camino, y Abd&#237;as fue separadamente por otro.</div><div class="p"> 7Y yendo Abd&#237;as por el camino, se encontr&#243; con El&#237;as; y cuando lo reconoci&#243;, se postr&#243; sobre su rostro y dijo: &#191;No eres t&#250; mi se&#241;or El&#237;as? 8Y &#233;l respondi&#243;: Yo soy; ve, di a tu amo: Aqu&#237; est&#225; El&#237;as. 9Pero &#233;l dijo: &#191;En qu&#233; he pecado, para que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate? 10Vive Jehov&#225; tu Dios, que no ha habido naci&#243;n ni reino adonde mi se&#241;or no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No est&#225; aqu&#237;; y a reinos y a naciones &#233;l ha hecho jurar que no te han hallado. 11&#191;Y ahora t&#250; dices: Ve, di a tu amo: Aqu&#237; est&#225; El&#237;as? 12Acontecer&#225; que luego que yo me haya ido, el Esp&#237;ritu de Jehov&#225; te llevar&#225; adonde yo no sepa, y al venir yo y dar las nuevas a Acab, al no hallarte &#233;l, me matar&#225;; y tu siervo teme a Jehov&#225; desde su juventud. 13&#191;No ha sido dicho a mi se&#241;or lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehov&#225;; que escond&#237; a cien varones de los profetas de Jehov&#225; de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua? 14&#191;Y ahora dices t&#250;: Ve, di a tu amo: Aqu&#237; est&#225; El&#237;as; para que &#233;l me mate? 15Y le dijo El&#237;as: Vive Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos, en cuya presencia estoy, que hoy me mostrar&#233; a &#233;l. 16Entonces Abd&#237;as fue a encontrarse con Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a encontrarse con El&#237;as.</div><div class="p"> 17Cuando Acab vio a El&#237;as, le dijo: &#191;Eres t&#250; el que turbas a Israel? 18Y &#233;l respondi&#243;: Yo no he turbado a Israel, sino t&#250; y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehov&#225;, y siguiendo a los baales. 19Env&#237;a, pues, ahora y congr&#233;game a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.</div><div class="s">El&#237;as y los profetas de Baal</div><div class="p"> 20Entonces Acab convoc&#243; a todos los hijos de Israel, y reuni&#243; a los profetas en el monte Carmelo. 21Y acerc&#225;ndose El&#237;as a todo el pueblo, dijo: &#191;Hasta cu&#225;ndo claudicar&#233;is vosotros entre dos pensamientos? Si Jehov&#225; es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de &#233;l. Y el pueblo no respondi&#243; palabra. 22Y El&#237;as volvi&#243; a decir al pueblo: S&#243;lo yo he quedado profeta de Jehov&#225;; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. 23D&#233;nsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y c&#243;rtenlo en pedazos, y p&#243;nganlo sobre le&#241;a, pero no pongan fuego debajo; y yo preparar&#233; el otro buey, y lo pondr&#233; sobre le&#241;a, y ning&#250;n fuego pondr&#233; debajo. 24Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocar&#233; el nombre de Jehov&#225;; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ese sea Dios. Y todo el pueblo respondi&#243;, diciendo: Bien dicho. 25Entonces El&#237;as dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los m&#225;s; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pong&#225;is fuego debajo. 26Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la ma&#241;ana hasta el mediod&#237;a, diciendo: &#161;Baal, resp&#243;ndenos! Pero no hab&#237;a voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que hab&#237;an hecho. 27Y aconteci&#243; al mediod&#237;a, que El&#237;as se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quiz&#225; est&#225; meditando, o tiene alg&#250;n trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. 28Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. </div>
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