[El propósito eterno] Ser efectivos y productivos en nuestra razón de serMuestra

El propósito y los planes de Dios

Indudablemente todo en nuestra vida parte desde y para el propósito eterno de Dios, por lo tanto, descubrirlo, conocerlo y realizarlo va a ser el secreto para que seamos efectivos y productivos en nuestra razón de ser. Partimos de la premisa que Dios eterno desde su reino eterno, definió por su voluntad amorosa un propósito eterno en el cual te incluye, porque te vio en Cristo. Dios te incluye en el propósito suyo no porque tú estuvieras en crisis sino porque tú estabas en Cristo, y tú estabas en Cristo antes de que todo fuera.

Para garantizar que se cumpla ese propósito, lo establece con el Hijo en un pacto eterno. Estás asegurado y garantizado porque este es un pacto entre el Padre y el Hijo, que te incluye y no interesa qué ocurre en tu vida, eso ya tiene un seguro cumplimiento. La salvación y el llamamiento de Dios en tu vida parten de ese propósito eterno y ese hecho, por gracia tal como Pablo lo declara en 2 Timoteo 1:9, él dijo que «Dios nos salvó y nos llamó con llamamiento santo no conforme a nuestras obras», es decir, él lo hizo no porque tú quisiste o levantaste la mano y entonces lo convenciste de que te amara. En realidad, lo hizo conforme a su propósito y la gracia que fue dada en Cristo Jesús. Cuando fue dada esa gracia, no fue administrada o suministrada porque tú estabas en desgracia sino porque tú estabas en Cristo.

En Cristo se aseguró que el propósito se cumpliría, por eso David veía la realidad, «cumplirá su propósito en mí». Pero Pablo habla en Efesios, ya no de algo que Dios va a cumplir, sino de algo que ya «hizo en Cristo Jesús». Para nosotros ya está hecho, pero David estaba seguro de que también Dios lo cumpliría para él. El propósito está garantizado, sin embargo, tú puedes fallar en algunos planes que Dios ha designado para ti. Los planes son múltiples y particulares, pero el propósito es único, original e intencional.

Dentro del propósito eterno que definió en Cristo, si tú fallas en un plan, que es alguna de las asignaciones que el propósito marcó para ti, puedes ser restaurado, no al propósito porque ese está asegurado, sino al plan que Dios tiene con tu vida. Puedes fallar en un plan, pero nunca fracasar en su propósito porque ese ya está garantizado en Cristo Jesús; por ende, para cada uno el descubrimiento más grande que se puede tener en cuanto al entendimiento de esta gracia es conocer que en Cristo ese propósito y determinación de llevarlo a cabo, está establecido por su gracia.