Identidad - Cuando sepas quién eres serás invencibleMuestra

Vivimos en una sociedad sin padres. Mujeres que crían solas a sus hijos. Niños que nunca tendrán el abrazo de un papá, consejos imprescindibles que nunca llegarán. Pocas cosas en la vida influyen tanto en la formación de una persona como la imagen y la presencia de un padre.

Los discípulos estaban sorprendidos. Veían los milagros, las señales y la sabiduría de Jesús. Sabían que su manera de orar era diferente a todo lo que habían visto, así que le pidieron que les enseñara a orar. Jesús lo hizo, y al comenzar dijo: «Padre nuestro». Estas dos palabra son la llave para recuperar la relación que perdimos en el Edén. Jesús vino a restaurar nuestra relación con el Creador. Al aceptarlo en nuestra vida como nuestro Salvador pasamos de muerte a vida, de las tinieblas a la luz y de huérfanos espirituales a hijos de Dios. Fuimos adoptados, somos hijos y también herederos de Dios y coherederos con Cristo. Tenemos un Padre.