Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

VIDAMuestra

VIDA

DÍA 1 DE 5

Una vida de oración es un aspecto imprescindible de la vida discipular. Pero llevarla a cabo no siempre es fácil. Recordemos que nuestra carne se resiste, los problemas y ocupaciones nos distraen, hasta el mismo activismo en la iglesia se vuelve la excusa perfecta para dejar de orar. A continuación, brindamos preguntas fundamentales sobre la oración que podemos compartir en los grupos discipulares para mejorar y crecer en esta disciplina espiritual.

Si no tengo ganas de orar ¿Está bien que lo haga por obligación... o mejor

me espero a que mi corazón lo desee?

Qué triste es cuando te reúnes con alguien y esta persona no tiene ningún deseo de estar contigo... te dan ganas de decirle que mejor se ven en otra ocasión. La oración es una disciplina espiritual, pero no debe volverse una rutina o una obligación, es algo que debemos hacer de corazón.

Es más, es algo que debemos hacer por necesidad, porque para el discípulo de Cristo... orar debería ser como respirar, algo sin lo cual no puede vivir. Y esa necesidad no es porque queremos pedir esto y pedir aquello (que no es el objetivo principal de una oración), sino porque necesitamos la guía de nuestro Señor, porque necesitamos su amor, su presencia, porque dependemos de Él en todo sentido, y requerimos que Él nos ayude a enfrentar nuestro día a día a la manera de Cristo. Cuando nos sentimos extraviados nace el deseo de hablar con alguien que nos oriente, que ponga un norte en nuestra vida y que nos enseñe el camino a seguir. Si tomamos consciencia de que todo el tiempo podemos extraviarnos, desearemos de todo corazón ese tiempo precioso de calidad con el Padre.

Jesús es Dios hecho hombre, y aún Él necesitaba de la oración en todo momento. Cuanto más nosotros que somos simples pecadores arrepentidos.

Escrituras

Día 2