[Serie #vida] Cómo ser padres | Parte 1Muestra
¿En serio?
Imagínese que su hijo le pega a otro niño. ¿Qué solemos hacer como padres? Le decimos a nuestro hijo: «Di: “Lo siento”». Y él dice a regañadientes: «Lo siento». Pero nuestro hijo no lo siente. «Hijo, da las gracias». Nada. «A ver, hijo, ¿cómo decimos?». «Gracias». ¿Ese niño está realmente agradecido? No lo creo.
No se trata de las palabras que dicen nuestros hijos, sino de que tengan un corazón verdaderamente arrepentido cuando dicen que lo sienten o verdaderamente agradecido cuando le agradezcan a alguien. Así pues, ¿cómo manejamos esta situación? Una buena idea podría ser que más tarde, en otro momento, se siente con él y le pregunte: «¿Estabas realmente arrepentido cuando dijiste que lo sentías?». «No, realmente no». «Bueno, hablemos de eso».
Tampoco se trata solo de su comportamiento. Si no abordamos los asuntos del corazón, ellos seguirán siendo los mismos, sea que continúen haciendo lo mismo o no. Por ejemplo, cuando hablemos con nuestros hijos de sexo no solo hablamos de biología, enfoquémonos en los asuntos del corazón. ¿Por qué Dios diseñó que las relaciones sexuales fueran algo especial que solo se debe compartir entre un hombre y una mujer como parte de su matrimonio?
Algo que nos puede ayudar a tocar el corazón de nuestros hijos es reconocer que existen por lo menos cuatro etapas de crianza. Primero, pasamos de ser cuidadores a policías. «No toques eso. Haz lo que te dije». Luego, cuando crecen pasamos de ser policías a coaches. «¿Qué crees que debas hacer en esa situación?». Para que cuando se vayan de casa, quieran buscar nuestro consejo como consultores.
Si tratamos de ser policías cuando necesitan un coach, vamos a complicar el asunto. Iniciemos conversaciones espirituales. Oremos con ellos. Hablemos de la voluntad y la gracia de Dios. No solo les digamos «haz esto y cambia lo otro». Usemos la vida cotidiana para señalar a los asuntos del corazón. Que nuestras conversaciones tiendan a las cosas de Dios y a lo que sucede en nuestro interior. «¿Cómo te sientes al respecto? ¿De qué tienes miedo?». Sostengamos ese jabón correctamente.
Queremos darles vida verdadera y real. ¿Significa que será la larga vida que siempre quisimos? No lo sé. ¿Significa que tendremos más dinero del que habíamos imaginado? Probablemente no. ¿Significa que la vida siempre es perfecta? No. Pero sí significa esto: seguir a Jesús y sus mandamientos de corazón resulta en una vida plena.
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestros hijos no necesitan perfección, sino nuestra presencia. Dios quiere usarnos de una manera única por medio de lo bueno, lo malo, las alegrías y las luchas. Hagamos de nuestra familia una prioridad y de nuestro hogar un lugar donde sus corazones sean edificados. Si apuntamos al corazón, aplicamos la sabiduría del desarrollo de equipos y respondemos al llamado divino, Dios hará mucho más de lo que nos hemos imaginado.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://houstonsfirst.org