Nuevo comienzoMuestra

Día: 3

Existe una inclinación natural a agradarnos a nosotros mismos y no a Dios. Por lo tanto, es esencial para este nuevo comienzo, pedir a Dios un corazón limpio. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí.” Salmo 51:10 (NTV). 

#2 - Corazón limpio 

Cuando una persona experimenta un daño grave al corazón como producto de un ataque cardíaco, es probable que necesite un trasplante corazón, donde las probabilidades de supervivencia son elevadas siempre y cuando reciba una atención adecuada. 

Creo que en el plano espiritual ocurrió algo similar en el sentido de que ese ataque cardiaco se produjo en nuestros primeros padres, de manera que nosotros nacimos con un corazón dañado, manchado, sucio. De tal manera que, si no acudimos a Dios en busca de un corazón limpio mediante la operación quirúrgica del Espíritu Santo, donde las probabilidades de supervivencia son eternamente seguras, todo nuestro círculo de acciones estará contaminado “Del corazón salen los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, las mentiras y los chismes.” Mateo 15:19 (NBV). 

Nuestro corazón debe ser limpiado de su orgullo, porque de lo contrario será altivo, presuntuoso, obstinado e impetuoso. Debe ser limpiado del doble ánimo, de los celos amargos y ambición personal, de la incredulidad. Porque sin un corazón limpio, nuestra relación con Dios se vuelve imposible. 

Tener un corazón limpio es esencial para ser verdaderos adoradores y nos abre los ojos espirituales. Es un catalizador para que la bondad de Dios se manifieste en nuestras vidas. No se encuentra nada contrario al amor de Dios. 

Jesús, refiriéndose a la vida presente y futura, dijo que sólo los de limpio corazón verán a Dios. De modo que, es una seria advertencia para tener presente que cuando mantenemos la limpieza del corazón por la gracia de Dios, o cuando lo ensuciamos por la depravación humana, estamos capacitándonos o incapacitándonos para ver algún día a Dios. 

Deseo de todo corazón que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean contigo. 

Oración: Padre, gracias por ser tan misericordioso. Hoy te pido me des un corazón limpio y me ayudes a mantenerlo así hasta tu venida. En el nombre de Jesús. Amén.

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