[Serie La manifestación de Cristo en nosotros] Parte 2Muestra
Herencia de los hijos
El Espíritu nos enseña que todo lo de Cristo también nos pertenece, entonces ya no pidas más, sino que tus ojos sean abiertos para saber que lo tienes todo. Cómo nos podemos morir sin disfrutar lo del Padre que le fue dado al Hijo para que el Espíritu nos mostrara, pero que en realidad era para que lo entregara a nosotros. No te mueras sin poseer esta vida y esta riqueza que Dios te ha dado. Ahora nosotros podemos decir todo lo que tiene el Padre es mío.
Juan 14:26 dice «el Consolador, el Espíritu Santo». ¿Quién es el Consolador? «Quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará lo que les he dicho ahora». ¿Cuántos alguna vez en la vida han necesitado ser consolados? Pero este Consolador, el Espíritu Santo, nos consuela. ¿Cómo lo hace? ¿Llora con nosotros? Te voy a consolar, vamos a llorar juntos o, ¿nos consolará animándonos? ¡No! Nos consolará diciéndonos mira, otros han pasado cosas peores y lo han logrado, así que tú puedes. ¡No! ¿Nos consolará abrazándonos? No, no, no, ¡no! Aunque en nuestra alma a veces quisiéramos que alguien se acercara y nos consolara, nuestra alma no sabe lo que realmente necesitamos, pero el Consolador, que es el Espíritu Santo, sí. A veces quisiéramos que alguien viniera, nos animara, nos diera un abrazo o se pusiera a llorar nuestra pena, pero lo que hará el Espíritu es lo que tiene que hacer para consolar al más desconsolado, al más desafortunado, al más desgraciado: le enseñará y le recordará todo lo de Cristo. Esa es la mejor manera de consolar a una persona.
Si nosotros coadyuvamos y hacemos junto con el Espíritu la obra de él, cuando necesitemos consolar, debemos recordar a la gente lo que Cristo le ha dado, no llores con él, recuérdale la vida que ya posee. Pablo lo describe en lo práctico y dice somos como desconocidos, pero bien conocidos, como moribundos, pero vivimos, como castigados, pero no condenados a muerte, como entristecidos, pero siempre gozosos, como pobres, pero enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo. También dijo, cuando soy débil es entonces que soy fuerte, porque el Consolador le recordaba todo lo de Cristo y cuando eso viene a tu vida, tú eres consolado y te levantas y no vives por lo que tu alma te dice, sino por lo que el Espíritu te declara en la verdad.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando eres guiado por el Espíritu de Dios, entiendes lo que Dios ha hecho a tu favor, entiendes el valor de poder decir a Dios, Abba Padre. El Espíritu de Dios está en ti, entonces puedes vivir todo aquello que Dios te dio a través de su Hijo. Disfruta de todas las cosas maravillosas que Dios ya preparó para ti.
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Nos gustaría agradecer a Gerardo Cárdenas, pastor de la iglesia Centro Cristiano Alfa y Omega en Houston, Texas y a El Centro Network por presentar este devocional. Si deseas saber más de estas organizaciones, por favor visita http://www.centrocristiano.org y http://www.elcentronetwork.com