Dios escribió el "Había una vez" en la primera páginaMuestra

Tal vez, desde el principio de los tiempos, existió el "Había una vez".

No sé qué te parecerá a ti, pero cuando leemos el génesis de la creación, podemos ubicar fácilmente un "había una vez", al comienzo del primer capitulo, y es algo así:

“Había una vez, en el principio, creó Dios los cielos y la tierra”.

Y el primer capitulo, sin lugar a dudas, es una increíble narración, un increíble acto de amor.

Como soy una amante empedernida de la literatura, no puedo separar la posibilidad de que uno de los inventos más grandes de la escritura, como lo es el “Había una vez”, sea creado originalmente por el gran narrador y al mismo tiempo gran actante de mi vida, Dios. 

Pero, sinceramente, solo esto del “Había una vez” es una excusa y, si eres fanático de leer cuentos infantiles, sabes que quien escribe el “Había una vez” al principio de un cuento, conoce perfectamente cómo transcurre y termina el relato del singular personaje del cual se narra la historia. Solo es una excusa para entrar al tema que Dios controla perfectamente nuestras vidas. Él es el perfecto escritor, escribe con tinta indeleble cómo el sol se oculta detrás de las montañas o cómo visualmente pareciera que se sumerge en el agua y, así como este se sumerge, vuelve a salir en la mañana cuando abrimos nuestros ojos. 

Él tiene el control y, así como subí hace poco en mi Instagram, no es un control “tóxico”, como nos encanta poner por nombre a muchísimas cosas hoy en día, sino un control de paz, de amor y por amor. 

Estoy empezando a aprender sobre ese control, a abrazarlo. No escribo sobre esto porque ya lo entienda completamente, sino porque sé que lo necesitamos, necesitamos escuchar el “todo va a estar bien” de Papá. Lo encontramos en su palabra, cuando oramos y sentimos su abrazo protector. 

Papá hoy te recuerda: Todo va salir bien, porque, así como dice su palabra en Marcos 9:23: “¿Cómo que si puedo? Para el que cree todo le es posible”. Tenemos que responder así como el padre del muchacho le respondió a Jesús en la historia que se narra en el capitulo, donde buscaba la salvación de su hijo. El padre del muchacho respondió: “—¡Sí creo! — exclamó de inmediato—. ¡Ayúdame en mi poca fe!”.

Y si nos parece que nuestros problemas son imposibles de resolver, Jesús hoy te pregunta “¿Cómo que si puedo?”, porque, claramente en sus manos todo se vuelve posible.

Él escribe con tinta indeleble, nuevamente, sobre tu piel, las promesas que tiene para tu vida.