Un Día a la vezMuestra

Días difíciles

Sé que levantarse y encontrarse con un día lleno de situaciones, problemas familiares, quizá hasta problemas de dinero o la incertidumbre de estar un día más sin trabajo te puede frustrar y llevar a renegar y pelear contra Dios. Mi consejo es que no pelees contra Él. Como hijo de Dios, tienes todo el derecho de decirle cómo te sientes, pero no cuestionarlo y mucho menos maldecir tu vida.

Tal vez te parezca repetitivo, pero es cierto. Este es el día que Dios creó para ti, y algo que alegra el corazón de Dios es que a pesar de tu situación, de tu problema, puedas alegrarte y gozarte en el día que te levantas hoy. Recuerda que no eres el único. Todos tenemos días de angustia, pero no todos tenemos la misma actitud ante la adversidad. De modo que nuestra actitud y nuestra fe sí cambian por completo el panorama.

Descansa en Él y dile: «Señor, aunque no entiendo lo que estoy viviendo, quiero decirte que me alegraré y me gozaré este día. Y esperaré confiadamente en ti. Amén».