Dios Pelea Por TíMuestra

ESTER

¿Alguna vez has sido perseguido injustamente? La Biblia nos enseña a estar en paz con todos (Romanos 12:18). Pero ¿qué pasa cuando hay alguien empeñado en hacernos daño? Examinemos la famosa historia de una reina judía que maneja con gracia una persecución, ganando el corazón de un rey, y salvando a una nación en sólo tres días.

Todo comienza con un rey persa llamado Asuero que hace una fiesta de seis meses para celebrar la opulencia de su reino. Poco tiempo después, él exige la presencia de su reina. Para su sorpresa y consternación, ella se rehúsa descaradamente a hacer acto de presencia. Luego de consultar a sus consejeros, el rey Asuero decide reemplazar a la reina, lo cual abre el camino para que Ester entre en la escena.

El rey pone en vigor un decreto anunciando que todas las doncellas jóvenes y bellas de las provincias fueran presentadas ante él para escoger la que se sería la nueva reina. Un periodo de preparación de doce meses es concedido a todas estas mujeres, antes de que fueran presentadas oficialmente. Durante este tiempo, Ester es aconsejada por su figura paterna, Mardoqueo, a mantener su identidad judía en secreto. Cuando le toca el turno a Ester para presentarse, ella deslumbra a todos y obtiene el favor del líder real. ¡Instantáneamente, Ester es coronada reina y designan un día feriado en su honor!

Amán, un oficial de alto rango, busca venganza contra Mardoqueo por haberse negado a postrarse ante él. Su ego herido lo lleva a solicitar un día en el calendario para cometer genocidio contra los judíos a causa de su odio contra Mardoqueo. El rey Asuero le autoriza ciegamente a Amán dicho genocidio, basado en la contradictoria ley de Israel. Él, sin saberlo, firma la muerte de su amada reina judía.

Una vez Mardoqueo descubre esta conspiración, preocupado, le ruega a Ester que actúe en favor de su pueblo. Después de un ayuno de tres días, ella organiza un banquete y extiende una invitación al rey Asuero y a Amán. Allí, ella revela el malévolo esquema implicando a Amán como su perseguidor. Amán es eliminado y se le concede permiso a los judíos para prepararse de antemano para proteger sus vidas. 

No debes subestimar la habilidad de Dios de salvar aun cuando no hay esperanzas. ¡Suplícale Dios porque él nos escucha y nos defiende de nuestros adversarios!