ContraatacaMuestra

Dios quiere que tengamos alabanzas en nuestra boca y Su espada en nuestras manos. La guerra espiritual no funciona si nuestra boca está llena de quejas y admitimos derrota. Nuestra boca habla o revela lo que hay en nuestros corazones.

Fuimos creados para adorar, y ahora estamos llamados a participar en la guerra. La guerra y la adoración van juntas. Las grandes alabanzas de Dios deben salir de nuestra boca y nuestras manos deben aferrarse firmemente a la espada de doble filo que no es otra que la Palabra de nuestro Dios. Esta espada del Espíritu es para atar y ejecutar el castigo sobre el enemigo. Estamos acostumbrados a ser liberados solo de la esclavitud. En cambio, Dios ahora está preparando a una generación poderosa para poner al enemigo en esclavitud, para poner cadenas en las fuerzas de las tinieblas a través de la autoridad del nombre de Jesús.

Como dijo Jesús: "¿O cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y arrebatarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Solo entonces podrá robar su casa" (Mateo 12:29); los papeles se han invertido. El enemigo solía atarnos; ahora podemos atarle a través de la victoria de Jesús Todopoderoso que es invencible.

Esto es más que simplemente ser liberado del enemigo; es estar empoderado para luchar con éxito contra el enemigo. Me encanta esta parte: "Este honor tiene todos sus santos". La victoria, el dominio y el espíritu de lucha son un honor. Este honor de tomar el dominio, de pisotear las fuerzas de las tinieblas, de atar al enemigo ha sido dado a todos Sus santos. Este honor pertenece a todos los hijos de Dios. La victoria no es solo para unos pocos, sino para todos. La autoridad sobre el enemigo pertenece a todos los creyentes.

Fuiste llamado no solo a recibir liberación, sino a caminar en dominio. No esperes a que Dios expulse a cada enemigo, pero camina en el poder del Espíritu Santo para resistir activamente lo que Él aún no ha eliminado.