5 días explorando la duda con la lógica de DiosMuestra
La batalla del corazón
El primer y más importante paso para entender la naturaleza de la verdad se ejemplifica en una conversación entre Jesús y Pilato. La conversación comenzó con Pilato preguntándole a Jesús si él verdaderamente era un rey. La sorprendente respuesta de Jesús fue: «¿Eso lo dices tú o es que otros te han hablado de mí?».
En efecto, Jesús le preguntaba a Pilato si esa era una pregunta genuina o puramente académica. No estaba simplemente comprobando la sinceridad de Pilato, sino que Jesús le estaba abriendo el corazón a Pilato mismo, para revelarle la falta de voluntad que él tenía para tratar con las implicaciones de la respuesta de Jesús. En la búsqueda de la verdad, la intención antecede al contenido, o a la disponibilidad de este. El amor a la verdad y la voluntad de someterse a sus demandas es el primer paso.
Pero en segundo lugar, Jesús dijo algo aún más extraordinario. Después de afirmar que Su señorío estaba arraigado en un reino que no era de este mundo, dijo: «Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz». Jesús no solo estableció la existencia de la verdad, sino que afirmó Su prístina encarnación de esta. Él era y es idéntico a la verdad. Esto significa que todo lo que dijo e hizo, y la vida que Él vivió en la carne, representaba lo que estaba en consonancia con la realidad máxima. Y por lo tanto, rechazarlo es elegir gobernarse con una mentira.
Las respuestas de Dios a las preguntas de la vida no solo son probadas por el proceso del razonamiento abstracto, sino que también son sostenidas por los rigores de la experiencia. Y en la realidad de la historia, Dios ha demostrado empíricamente la vivencia de la verdad en el nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Su Hijo.
En resumen, las insinuaciones de la verdad vienen en una forma multisensorial. Dios, como guardián de la razón, nos lleva a comprobar la correspondencia de Su Palabra con la realidad y a verificar la coherencia de las afirmaciones. Pero nuestra experiencia en la vida prueba esas verdades en la realidad concreta. Nuestro gran privilegio es conocer a Dios y poner nuestras vidas en conformidad con la verdad, lo que nos lleva a esa coherencia interior.
Jesús dijo: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Juan 8:31-32, nvi). En un mundo cada vez más esclavizado por el error y la adicción y seducido por ideas e imágenes para creer una mentira, qué maravilloso es ser liberado por la verdad de la paz de Cristo. Las Escrituras nos dicen que el enemigo de nuestras almas es el padre de todas las mentiras. Hará cualquier cosa para impedir que lleguemos a la verdad, porque es lo más valioso del mundo y nos lleva a la Fuente de toda la verdad, a Dios solamente.
A todo esto el escéptico podría decir que tales conclusiones solo se pueden sacar si el Dios de la Biblia existe. A eso respondo de todo corazón, ¡Absolutamente! Y en numerosos campus alrededor del mundo ha sido mi emocionante privilegio presentar una defensa de la existencia de Dios, la realidad de la resurrección, y la autoridad de las Escrituras única en su esplendor y convincente en la verdad que proclaman. Pero no perdamos de vista lo que el escéptico entrega sin querer diciendo que todo esto solo puede ser verdad si Dios existe. Implícita en esa concesión está la ley de la no contradicción y la ley de la inferencia racional, que existen solo si la verdad existe. La verdad, a su vez, solo puede existir si hay una norma objetiva para medirla. Ese absoluto objetivo e inmutable es Dios, que se nos revela en la persona de Cristo.
Creciendo en la India, escuché la historia de un niño que tenía muchas canicas bonitas. Pero estaba constantemente mirando la bolsa de caramelos de su hermana. Un día le dijo: «Si me das todos tus dulces, te daré todas mis canicas». Lo pensó mucho y aceptó el intercambio. Tomó todos sus caramelos y volvió a su habitación a buscar sus canicas. Pero cuanto más las admiraba, más renuente se volvió a renunciar a ellas. Así que escondió los mejores bajo su almohada y le llevó el resto a ella. Esa noche, ella durmió profundamente, mientras él se revolvía sin descanso, sin poder dormir y pensando: me pregunto si ella me dio todos los dulces.
A menudo, me he preguntado, cuando veo a nuestra cultura enfadada afirmando que Dios no nos ha dado suficientes pruebas, si no es la velada inquietud de la gente que vive en la duda por su propia duplicidad. La batalla en nuestro tiempo se plantea como una batalla del intelecto, en la afirmación de que la verdad es incognoscible. Pero eso puede ser solo un barniz para la verdadera batalla: la batalla del corazón, que solo Cristo es capaz de transformar.
Escrituras
Acerca de este Plan
Todos tenemos dudas que desafían nuestra fe. Nos preguntamos si la Biblia todavía importa, o si Dios es verdaderamente tan amoroso y personal como esperamos. En La lógica de Dios, el apologista Ravi Zacharias explica cómo y por qué el cristianismo, la Biblia y Dios siguen siendo relevantes, vitales y transformadores para nosotros hoy.
More
Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/vida/la-logica-de-dios/