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 Sin luz, es difícil para nosotros ver o ser vistos por los demás. Por eso es tan importante que recordemos un versículo como este. Cuando nos sintamos invisibles, ignorados o insignificantes, podemos recordar que en el amor de Dios brilla una luz. Somos vistos en su luz. Somos conocidos en su luz. Y Él hace brillar esa luz porque nos ama. ¿Y a cambio? Bueno, podemos hacer brillar su luz sobre otras personas en nuestras vidas que la necesiten. Escribe esta palabra "LUZ" donde puedas verla a menudo esta semana. Cada vez que la veas, deja que te recuerde que Dios te ilumina con su luz. Luego, haz un esfuerzo por hacer brillar esa misma luz sobre otras personas que necesiten su amor en sus vidas.