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 Es muy fácil concentrarse en las cosas que nos frustran: las peleas, el odio, las decepciones, la ira. Aquí, el escritor de este proverbio nos recuerda que el amor tiene el poder de cambiar las cosas. ¿Esa persona con la que estás frustrado? El amor puede cambiarla. ¿La ira que sientes? El amor puede cambiarla. ¿Las cosas difíciles por las que estás pasando? El amor puede ayudar con ellas. Cuando seguimos a Jesús y tenemos una relación cercana y personal con Él, tenemos acceso al tipo de amor que tiene el poder y el potencial de cambiar cualquier cosa y a cualquier persona. Escribe esta palabra "AMOR" donde puedas verla a menudo esta semana. Deja que te recuerde la forma en que el amor de Jesús tiene el poder de cambiar las cosas en tu vida.