La Tercera LeyMuestra

Vivimos en un mundo en donde rigen cierta cantidad de leyes, la cuales se encuentran más allá de la aceptación o rechazo de un individuo.

La Biblia nos habla de la 1ra ley, pues dice: “la ley del pecado y de la muerte”, la cual ha entrado en vigor a partir de la rebelión del ser humano en el libro de Génesis. Esta ley hizo que el corazon del hombre en lugar de dar prioridad a las cosas de Dios cediera terreno a los asuntos mundanos. “Nada hay tan engañoso como el corazón” (Jeremías 17:9).  

La 2da ley es la ley de Moisés, la cual consiste en un conjunto de 613 artículos (248 deberes y 365 prohibiciones). Dios había grabado el resumen de la Torah, es decir, los 10 mandamientos en 2 tablas de piedra. Pero quería que su pueblo lo grabara en su corazón. “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando” (Deuteronomio 6:6). Pero como todos sabemos, este objetivo no fue alcanzado por causa de la desobediencia, y el corazón del hombre permaneció corrompido con la 1ra ley, la ley del pecado y de la muerte.

La 3ra ley es la ley del Espíritu de vida que nos fue dada mediante Jesucristo. “Pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).

Parafraseando la frase del apóstol Pablo, podríamos concluir diciendo: “Pues por medio de Jesucristo, la 3ra ley me ha liberado de la 1ra ley”. Esto quiere decir que ya no vivimos bajo la condenación de la 1ra ley, que no estamos condicionados por la 2da ley, sino que somos gobernados por la 3ra ley, la ley del Espíritu Santo que da vida. ¿En dónde está la 3ra ley? Dios grabó la 3ra ley en nuestro corazón, anulando de esta manera la efectividad de la 1ra ley. “Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente” (Hebreos 10:16).

Es por eso que en estos tiempos post coronavirus, el diablo quiere conquistar nuestro corazón a través de verdades relativas, opiniones subjetivas, moral destructiva, y confusión generalizada, porque el fin del mundo se acerca y la segunda venida de Cristo es inminente. La Biblia advierte: “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). El problema es que muchos cristianos nacidos de nuevo piensan bajo las modalidades de la 1ra y 2da ley, aun cuando rige sobre ellos la 3ra ley. Es por eso que debemos renovar nuestro corazón, y que sea solo el Espíritu Santo el que lo gobierne.

Ahí donde está, declare conmigo:

“No estoy bajo la maldición de la 1ra ley”.

“No estoy condicionado por la 2da ley”.

“Rige en mí la 3ra ley, la ley del Espíritu de vida”.

“Ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí”.