Los Cambios Del Dios Que No CambiaMuestra

Cambios en el corazón

Uno de los cambios más importantes que produce en nosotros nuestro Dios inmutable, es el cambio del corazón. Hoy veremos algunos ejemplos específicos que nos dan una muestra de estos cambios. Empecemos por Saúl, quien fue señalado por Dios para ser rey de Israel. Dice la Palabra que, cuando este hombre recibió la palabra profética del profeta Samuel indicándole que sería el rey de Israel, su corazón fue cambiado. Este cambio tenía como propósito prepararle para que cumpliese la colosal tarea de dirigir a Israel, incluyendo las guerras que tendría que enfrentar.  

Otro hombre a quien Dios cambió el corazón fue al famoso Nabucodonosor, rey de Babilonia. Este cambio tenía como propósito  confrontarlo con su orgullo y soberbia. Él se pavoneaba por sus balcones adjudicándose a sí mismo la grandeza de su reino. Y Dios dijo: “Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.” 

Cuando pasó el tiempo determinado por Dios, volvió a tener corazón de hombre, pero esta vez su corazón había aprendido una gran lección. “Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y Él puede humillar a los que andan con soberbia.” Dan. 4:37

Los cambios que Dios produce en el corazón siempre tienen como fin acercarnos más a Él. Es una honra el que podamos ser cambiados por el Señor. El deseo de nuestro corazón debe ser que Dios continuamente produzca cambios en nosotros por medio de su Espíritu Santo. Claro, hay cosas en nosotros que no deben cambiar nunca, como nuestra fidelidad al Dios que nos salvó. Pero muchas otras necesitan ser cambiadas y qué bueno es saber que Dios quiere y tiene el poder para producir esos cambios en nosotros.

Señor, mira mi corazón y cambia lo que tenga que ser cambiado. Hago mía la oración humilde del rey David cuando oró: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.”