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Nueva identidad

Hay personas, contactos, credenciales o incluso artefactos que pueden cambiar por completo la manera en que los demás pueden tratarte o mirarte. Por ejemplo, si vas a un concierto y portas un gafete que diga STAFF o VIP, probablemente puedas pasar prácticamente a todos lados sin que nadie te detenga. Sin embargo, si no portas ese gafete probablemente tendrás que presentar tu boleto de entrada para que posteriormente alguien de seguridad te lleve a tu lugar para asegurarse que no entres a áreas restringidas.

Así como hay cosas en la Tierra que hacen que los demás te traten diferente, incluso dándote ciertos privilegios, cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador se nos entrega un gafete que dice “Nueva creación”. Este “gafete” nos permite entrar a todas las bendiciones de ser completamente amado, aceptado y perdonado por Dios.

Así como alguien de seguridad no te preguntaría por tu pasado si traes un gafete que diga STAFF o VIP, Dios tampoco va a preguntar por tu pasado si traes el gafete de “Nueva creación”.

No porque a Dios no le importe el pecado que has cometido, sino porque Cristo pagó un precio alto por ese gafete, además de que cargó en la cruz todas las consecuencias de tu pecado; en otras palabras, tu pasado, tu presente y tu futuro sí fueron tomados en cuenta, pero Cristo vivió las consecuencias por ti.

Por lo tanto, no dejes que la culpa de tu pasado te frene para acercarte a Dios -recuerda que tienes un gafete que te da libre entrada- acércate con confianza, creyendo que construirá cosas nuevas y mejores en tu vida si te acercas a él.