Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

Un año de películaMuestra

Un año de película

DÍA 4 DE 7

DE LA MEJOR MANERA POSIBLE

Pat Boone fue una de las voces más conocidas de finales de los años 50 y principios de los 60. Llegó al número uno de las listas en diferentes ocasiones: “I Almost Lost My Mind” (1956), “Don ́t Forbid Me” (1956), o “Love Letters In The Sand” (1957). Aunque para ser sinceros, casi todo el mundo lo recuerda por su canción “Speedy Gonzales” (1962).

Pat Boone nació el primero de Junio del año 1934, y en su juventud, se casó con Shirley Foley, hija del conocido cantante Red Foley. Shirley era ya una de las mejores cantantes de country en aquel momento y también amaba a Dios como Pat. El famoso “crooner” grabó varios discos de música gospel, con canciones como “Holy, Holy, Holy”, “Amazing Grace” o “In the Garden”. También fue actor profesional de la 20th Century Fox, aunque su fama llegó con una película en la que interpretó a David Wilkerson, el famoso pastor evangélico, en la conocida “La cruz y el puñal”.

Seamos quienes seamos, todo lo que hacemos tiene trascendencia eterna, no importa si estamos hablando de lo que hacemos en el mundo secular o en lo “sagrado”. De  hecho, somos nosotros mismos los que hemos creado esa distinción artificial, porque Dios simplemente tiene hijos que hacen lo que hacen en el lugar dónde están, para honrarle a Él, ¡y lo hacen de la mejor manera posible!

Intentamos escribir de una manera excelente, cocinar de la mejor manera, hacer música admirable... Sea lo que sea, la excelencia es nuestro objetivo: no tanto porque queramos ser los mejores, sino porque nuestro Padre celestial lo hace todo bien, y nosotros nos debemos parecer a Él. Le dedicamos lo mejor que tenemos, no sólo nuestras cualidades, sino también todas nuestras fuerzas; y lo hacemos no sólo para Él, sino para todos los que nos rodean.

Porque cuando hacemos nuestro trabajo bien y ayudamos a los demás, estamos honrando a Dios. Y Él se ocupa de darnos las fuerzas, la habilidad y la motivación correcta en todo lo que hacemos. Recuerda: “pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo” (Filipenses 2:13 DHH94I).

Y, por si fuera poco, tal como decíamos más arriba, todo lo que hacemos tiene trascendencia eterna. A nosotros puede parecernos demasiado simple nuestro trabajo, pero Dios lo ve de otra manera. La historia lo ve de otra manera también: cada detalle bien hecho es una pincelada de eternidad, porque nos recuerda a nosotros y a todos los que nos rodean, que lo que nos parece más insignificante tiene valor. Lo más sencillo es capaz de transformar una vida. El detalle más trivial puede hacer feliz a alguien.

Escritura

Día 3Día 5