Dios Tiene Un Propósito Atrás De Cada Circunstancia.Ejemplo

En la economía de Dios no hay desperdicios

Dios no nos daría unos dones, talentos y habilidades; y, por otro lado, nos pondría a trabajar en áreas para las cuales no tenemos las capacidades necesarias. Eso sería un desperdicio, un derroche de recursos divinos. 

De modo que mis talentos y habilidades naturales, junto con los dones o habilidades espirituales sobrenaturales, son una guía bien precisa de en qué área Dios quiere que me desempeñe. Son una guía infalible para buscar la voluntad de Dios para mi vida y descubrir mi propósito en la vida. 

Y es en el área en la que yo estoy natural y sobrenaturalmente dotado, donde puedo dar mi mejor contribución, donde puedo desempeñarme con mayor eficacia, donde puedo generar el mayor impacto. “Lo que soy capaz de hacer, eso es lo que Dios quiere que haga”, dice Rick Warren. 

Necesitamos descubrir los dones y talentos con los cuales Dios nos ha capacitado

Con frecuencia escucho decir: ¡Es que no sé cuál es la voluntad de Dios para mi vida! ¿Cuál es mi propósito en la vida? Eso pasa porque no has descubierto o no has desarrollado aún tus dones, talentos y habilidades que Dios te ha concedido. Porque no has descubierto las inquietudes que hay en tu corazón. 

El don espiritual, la habilidad y el talento natural con los que nos dotó Dios, representan la medida exacta para lo cual Dios me ha llamado. Si pasamos por la vida sin descubrir cuáles son los talentos y dones, oportunidades y visiones que Dios ha colocado dentro de nosotros, viviremos frustrados y jamás alcanzaremos nuestro máximo potencial.

Dios te dio una FORMA para que cumplas con efectividad el ministerio y el rol que Él te ha designado. Pero tú necesitas descubrir tus talentos y dones, esas fuerzas latentes, aquellas áreas en la que tú has sido capacitado en forma especial por Dios, y adquirir un sentido de destino, una razón para vivir. Tu personalidad, tus habilidades y tus dones representan las herramientas dadas por Dios para que te desempeñes en el rol que toca realizar en esta vida. Dios ha depositado en tu corazón esas fuerzas latentes que te llenan de pasión, de energía, que te hacen soñar, que te hacen identificarte con alguna necesidad humana.