Más Cerca De ÉlMuestra

“En los que a mí se acercan me santificaré [...]” Lev.10:3b RVR1960

Cuando Jesús anduvo en la Tierra, muchos se acercaban a Él para ser sanados, para ser liberados o recibir alimentos, entre otras muchas razones. Leemos en Mateo 15:30 RVR1960, “Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó.”

Otra de las razones por las que se acercaban a Jesús era para que les solucionara conflictos, como vemos en la escena en la que un hombre se dirigió a Jesús para que interviniera en un asunto personal y diera orden a su hermano de que repartiera con él la herencia. "Más él le dijo: Hombre, ¿Quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?” Lucas 12:14 RVR1060 

¿Para qué nos acercamos nosotros a Jesús? ¿Nos complacemos en lo que nos da, o en quién es Él? ¿Nos deleitamos en su presencia, o buscamos los panes y los peces? Contestar estas preguntas no es fácil, porque cerca de Jesús podemos encontrar todas estas cosas y muchas veces cuando nos acercamos a Él en oración pedimos por todas ellas.

El punto importante reside en que podamos, de manera genuina, establecer una relación de amor que no dependa de lo que recibimos de Dios sino de nuestro amor a Él. Esa relación debe partir de un reconocimiento de la grandeza y la belleza de nuestro Dios. El salmista expresa esta verdad con unas palabras claras y precisas: “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras.” Salmo 145:18 RVR1960

Dios lanza una pregunta que nos pone en alerta y nos hace reflexionar sobre el acto trascendental de acercarnos a Él. Usando al profeta Jeremías le dice a su pueblo: “y él se acercará a mí; porque ¿Quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová.” Jeremías 30:21b RVR1960. Jesús permite que nosotros, a pesar de nuestra naturaleza pecaminosa, podamos atrevernos acercarnos a Dios. Fue Él quien por su sacrificio en la cruz y por la fe en ese sacrificio nos abrió el libre acceso al Padre.

Gracias Señor Jesús por abrir el camino que nos permite llegar hasta la misma presencia de Dios. ¡A ti sea toda gloria!