Sendero De Esperanza a Través De Los SalmosMuestra

Fuerza para sobrevivir en el desierto.

“Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta”. Salmo 63:1 NVI

Querido(a) lector(a), en la época en la que David huía de Saúl, decidió refugiarse en el desierto de Judá. El salmo 63 nos deja ver que paradójicamente, aunque David tenía sed, calor y necesitaba provisiones físicas básicas, el anhelo de su corazón no era por calmar su sed física sino su sed espiritual.

¡No te parece esto sorprendente! La desesperación de estar en el desierto llevó a David a buscar a Dios de forma intensa. En lugar de enfocarse en sus circunstancias y sus necesidades primarias, David se enfocaba en su Salvador.
¡Como nunca, anhelaba sentir la presencia de Dios y vivir en su amor! ¡Que es mejor que la vida! Y cuando David se enfocó en el carácter de Dios, encontró la fuerza para sobrevivir en el desierto.

Si bien es cierto que en nuestros días no nos escondemos en los desiertos o huimos de ser cazados por un rey asesino, todavía enfrentamos dificultades y muchas de ellas superan nuestras fuerzas o nuestra capacidad de estrategia. 

Por otro lado, es verdad que Dios a menudo nos permite experimentar más de lo que creemos poder manejar, para que podamos aprender a depender más de su bondad, sabiduría y gracia. 

La verdad es que sea cual sea tu desierto hoy querido amigo(a), por más seco y sediento que estés, permite que Dios sea tu oasis, el lugar donde puedes refrescar tu alma y saciar tu sed. Recuerda que los tiempos desesperados pueden ser temporadas de gran crecimiento espiritual cuando aprendemos a confiar en Dios. 

Oremos juntos: Amado Dios y Padre Celestial, ayúdame a convertir este tiempo de desesperanza en un tiempo de adoración, confianza y plenitud en ti. Aunque no esté todo resuelto aún, permíteme entender que tú me estas amando a pesar de yo estar pasando por un desierto. ¡Qué en tu generoso amor, me encuentre seguro(a) hasta al fin! En tu Santo Nombre Jesús ¡Amén!