DesbordadosMuestra

Sé lleno de nuevo una y otra vez 

La Escritura nos enseña a no emborracharnos con vino, sino a llenarnos del Espíritu Santo. El principio de la Escritura es que hay un bautismo del Espíritu Santo (Efesios 4:5), pero puedes ser lleno muchas veces.

En el día de Pentecostés, los discípulos se reunieron y vino el Espíritu Santo, se posó sobre cada uno de ellos y los llenó. Sin embargo, solo un par de capítulos más adelante, en Hechos 4, la iglesia cae bajo coacción. Los apóstoles, Pedro y Juan, fueron amenazados por el Sanedrín y por las autoridades gubernamentales de los judíos en Jerusalén. Se les dijo que no predicaran. Se les dijo que no mencionaran el dulce nombre de Jesús. Se les dijo que dejaran de sanar a los enfermos. En respuesta a la amenaza, se reunieron con los otros creyentes y les contaron todo lo que había sucedido, y después de esto, oraron. Hechos 4:31 dice: «Después de orar, el lugar donde se reunían fue sacudido. Y todos estaban llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valentía».

A veces en nuestras vidas necesitamos ser llenos nuevamente. Lleno, vuelto a llenar una y otra vez. La verdad es que en este mundo del siglo XXI en el que vivimos, el trabajo que hacemos puede ser muy agotador. Puede quitarnos la vida. Debemos volver a la fuente una y otra vez, hasta que nos desbordemos con la presencia de Dios.

Dios nos promete que, si tenemos hambre y sed de justicia, seremos llenos. No te alejes de la fuente. Corre hacia él, para que te puedas desbordar con la presencia de Dios. En mi vida, recibí un bautismo del Espíritu Santo cuando era adolescente, pero también he recibido cientos de recargas, tal vez miles desde entonces. En los momentos de mi vida, cuando estoy agotado, vuelvo a la fuente para ser lleno con la presencia de Dios y su gloria.