Journey Through John (Español)Muestra

Escritura:

1:27 Él es quien viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias. 

Observación:

Juan El Bautista es un gran ejemplo de verdadera humildad. Él tuvo el valor de levantarse y hablar directamente acerca de la necesidad de arrepentimiento. Él fue un líder con una gran cantidad de seguidores. Pero él conocía y había aceptado las limitaciones del rol que Dios le había asignado. Libremente indicó que Jesús, su primo más pequeño, era mucho más grande que él. Cuando los propios discípulos de Juan le abandonaron para seguir a Jesús, Juan no se enojó, porque él sabía que ese era su propósito en la vida: abrir camino y atraer toda la atención, no a sí mismo, sino a Jesús. 

Aplicación:

Como ministro, siempre debo recordar que mi rol no es atraer gente a quienes les caiga bien o piensen que soy genial. Por el contrario, al igual que Juan, mi labor es atraer la atención hacia la grandeza de Jesús y ayudar a las personas a seguirle. En ocasiones es tentador dejarme atrapar por los deseos de popularidad. Esta lectura me recuerda que la verdadera grandeza es querer permanecer en la sombra sin ser notado, para que Jesús sea exaltado y glorificado. 

Oración:

Señor, perdóname por las veces que he querido recibir la gloria. Ayúdame a permanecer humilde aceptando el rol que me has asignado. Ayúdame a vencer la tentación de querer que las personas me noten en vez de que te exalten. Tú eres el único digno de Gloria y honor. Por eso te adoro. Amén. 

Verdades para notar: 

1:20 Juan El Bautista no era el Mesías (Cristo es otra palabra para decir Mesías), pero él preparó el camino para el Mesías.

(1:23) quien fue mucho mayor que él (1:27).

1:29 Jesús es el cordero que fue dado en sacrificio para limpiar nuestros pecados. 

1:34 Jesús es el Hijo de Dios, evidenciado por el Espíritu Santo sobre Él. 

1:45 Jesús cumplió con todas las profesías escritas en el Antiguo Testamento las cuales anunciaron al Mesías.

1:51 El título mesiánico favorito de Jesús para Sí mismo era: “El hijo del hombre” el cual enfatizaba su relación con la humanidad.