Cazadores De EstrellasMuestra

Ni tres, ni reyes, ni “magos”

Aún recuerdo las cálidas noches de verano cuando era niño y esperaba con ansias el 6 de Enero, donde los “reyes magos” pasarían a dejarme algún regalo por la puerta del fondo de mi casa. Preparaba cuidadosamente el pasto y el agua para los camellos cansados del desierto y me iba a dormir con la esperanza de recibir algún regalo al siguiente día. Por supuesto que eso es sólo una tradición que no tiene nada que ver con lo que ocurrió realmente aquella noche en Belén. Con el paso del tiempo, cuando comencé a leer la Biblia por mi mismo, descubrí algunas cosas sorprendentes acerca de los “reyes magos” que quisiera compartirte aquí. Por otro lado, me gustaría recomendarte leer el Plan de Navidad que escribí llamado “DIOS EN PAÑALES”, allí encontrarás historias sorprendentes sobre el evento que partió en dos la Historia tal como la conocemos: Dios se hizo hombre!

Quizá te haya llamado la atención el subtítulo del Plan: “Ni tres, ni reyes, ni magos”, y es que la tradición los llamó “los 3 reyes magos”, pero la realidad es que según la Biblia no son ni tres, ni reyes, ni “magos” (al menos No en el sentido que entendemos hoy la palabra “magia”). La Biblia simplemente dice que eran unos “magos de oriente”. Se asume que eran 3 porque le dieron 3 tipos de regalos a Jesús: oro, incienso y mirra; pero la verdad, es que para los largos meses de caravana por el desierto que tuvieron que atravesar para poder llegar a Belén, es totalmente improbable que fueran solamente 3 personas. Lo más seguro es que fuera una gran caravana de muchas familias que atravesaron el desierto por meses, quizá años para poder llegar. La Biblia tampoco menciona que fueran “reyes” y es poco probable que lo sean, puesto que los reyes no se trasladaban de sus palacios en viajes tan largos y peligrosos. Seguramente eran Astrónomos (No astrólogos), o sea gente que miraban las constelaciones de las estrellas, sabios y entendidos en distintas culturas, es probable que tuvieran rollos y manuscritos de profetas de distintas civilizaciones (entre ellos de Israel) y conocieran hierbas curativas, todo esto es la razón por lo cual la Biblia los llama “magos”, pero no se refiere a que practicaran la “magia” tal como lo entendemos hoy, sino mas bien que fueran sabios, astrónomos y entendidos en los tiempos y profecías de distintas culturas.

La Biblia también menciona que eran “de oriente” eso significa que no pertenecían al Imperio romano que gobernaba toda esa región, así que realmente eran de una tierra muy lejana, mas allá de los confines del Imperio: por lo menos a unos 1600km de distancia de Israel. Una caravana de muchas familias nómades, que se trasladaban por el desierto de arabia (al oriente de Israel, actual Irak o Irán tal vez) le llevaría muchos meses poder llegar hasta allí, como mínimo un año de viaje, hasta quizá dos años de viaje. Sabemos esto porque luego Herodes manda matar a todos los niños menores a 2 años en Belén según el tiempo de la aparición de la “estrella” que le dijeron los “magos”. O sea, que la “estrella” les había aparecido en oriente aproximadamente dos años antes de que ellos llegaran a Belén (Mateo 2:7 y 2:16). Al pensar en todo esto es muy interesante notar que al mismo tiempo que el ángel Gabriel le dio la noticia de su embarazo a Elisabet, probablemente al mismo tiempo la “estrella” que anunciaba el nacimiento del Mesías de Israel habría comenzado a brillar en el Oriente, con un año y medio o dos años de anticipación al nacimiento de Jesús y a unos 1600km de Israel!

La Biblia dice que cuando llegaron ante Jesús lo adoraron y le ofrecieron tres presentes:

1) Oro: Símbolo de la realeza (pues ellos venían buscando al “Rey de los judíos” (personalmente, creo que ese oro le sirvió a José y María para poder viajar y sobrevivir en Egipto por todos los años que estuvieron allí y luego regresar a Nazaret)

2) Incienso: Simbolizaba la Adoración que se le ofrecía a Dios (o sea que ellos lo reconocieron como Dios, ya que ellos venía a adorarlo). El incienso también representa las oraciones que se le ofrecían como Sacerdote y Mediador de un Nuevo Pacto.

3) Mirra: Es lo mismo con que ungieron el cuerpo de Jesús para su muerte (Juan 19:39-40). Era una declaración profética de que ese niño habría de morir por los pecados del pueblo, como nuestro sustituto satisfaciendo la justicia de Dios.