Improbable NavidadMuestra
Una mujer recién dada a luz, un hombre desconcertado, un bebé que llora y probablemente un burro, contra un rey sediento de sangre y un ejército sin escrúpulos, dispuestos a hacer lo que sea, incluso, degollar niños recién nacidos, no es precisamente un escenario cuyo final pueda ser muy difícil de predecir.
Herodes y sus asesinos ganan, José, María, el bebé y el burro, si es que lo había, pierden… O al menos así debió suceder. ¿Qué probabilidad crees que había de que ellos lograran huir y no solo eso, sino que sobrevivieran a dicha huida?
La verdad, humanamente, ninguna. El demente Herodes estaba enfurecido y lleno de celos, por lo tanto, mandó a aniquilar a todos los niños de la región. ¡Qué episodio tan horrendo, tan atroz, tan repugnante! Qué hombres tan perversos. Que actos tan despreciables. Cuanta maldad, egoísmo y sadismo albergado en una sola orden. Sin duda, un momento oscuro para la humanidad. No obstante, no todo terminó ahí, a pesar de la desolación que seguramente embargó aquellas ciudades durante un tiempo, del vacío por la falta del llanto y risas traviesas de los pequeños por aquellos polvorientos caminos, no todo se perdió, hubo una luz, que, contra toda probabilidad, no se extinguió. Aquel duelo daría paso a la posibilidad de celebrar en la eternidad.
El bebé recién nacido venció al decrepito y demente rey.
Cuenta la tradición que la huida de la familia compuesta con José, Maria y Jesús, fue en un burro, un animal de carga, mientras que el rey contaba con caballos pura sangre. Ya sabemos que no lograron alcanzarlo, así que me gusta pensar que el burrito dejó en vergüenza a estos tipos despiadados. Ellos eran tres, los enemigos probablemente cientos o quizás miles, pero no lograron encontrarlos.
El asunto es este: La navidad es uno de tantos innumerables episodios donde Dios vence, El siempre vence y siempre lo hará, no hay otro igual, ningún dios se le puede equiparar, ningún hombre lo puede detener y ningún ejército lo puede matar. Y no se engañen, aunque parezca un simple e indefenso bebé envuelto en pañales, ellos no debían confundirse, Él era Dios encarnado, el Señor de la humanidad, El Rey soberano del universo que gobierna por la eternidad y había hecho su entrada triunfal entre nosotros.
Aunque era improbable ¡Cristo venció y siempre vencerá!
¡Qué algo parezca improbable no quiere decir que sea imposible!
¿Para qué nos sirve a saber esto?
Simple, para que recordar que para Dios no hay tal cosa como una improbabilidad, que Él hace como quiere, que Él no obra según la manera como nosotros obramos, que Él no mira tamaños, fuerzas o posibilidades. Él solo se necesita al Él mismo para vencer y que junto a Él, todo lo otro está demás.
Escrituras
Acerca de este Plan
La historia de navidad está llena de complicaciones, desafíos, angustias y aprietos. Quizás ya conoces el asunto, pero te invito a acercarte y vivir la tensión, a ver de cerca lo difícil que fue todo y también a recordar ¡Que algo parezca improbable no quiere decir que sea imposible! Bienvenido a este Plan para que Descubras una Improbable Navidad
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Nos gustaría agradecer a Abraham Figuera Alvarez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://afiguera.me/