Discerniendo la profecía y las señales de los últimos tiemposMuestra

Aplicaciones de la profecía bíblica

La profecía en la Biblia nos da una revelación sobre tres grupos: Israel, la iglesia y el mundo. Si excluyéramos cualquiera de estos tres, la profecía estaría incompleta. Las profecías para cada uno de estos grupos son distintas. Tienen diferentes tiempos, señales y formas de relacionarse entre sí. Echemos un breve vistazo a cada área.

Israel

Por casi dos mil años antes del siglo veinte, el pueblo judío se extendió a todos los rincones de la tierra. Sin embargo, en 1948 se estableció el Estado de Israel. Desde entonces, millones de judíos han regresado a Tierra Santa para vivir en una nación situada en su antiguo territorio.

El restablecimiento del Estado de Israel fue un fenómeno que nunca había ocurrido en la historia del mundo: los descendientes de un pueblo conquistado, dispersos por todo el mundo en una diáspora durante miles de años, se reunieron en su antigua patria y se constituyeron de nuevo como nación. Otros países del mundo —la mayoría miembros de las Naciones Unidas— votaron a favor de esta reconstitución. Sin saberlo, votaron por el cumplimiento de una promesa de Dios. Lo que Ezequiel profetizó en los capítulos 36–37 de su libro se ha cumplido.

En Mateo 24, Jesús habló de la higuera, un símbolo de la nación de Israel: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32–33). Israel es la higuera y la niña de los ojos de Dios. Durante dos mil años, la gente dijo, “Israel está acabado”. Pero entonces las profecías se cumplieron, y la nación volvió a la vida. Muchos predicadores no pueden explicar este fenómeno porque creen en la “teología del reemplazo”, que dice que la iglesia ha reemplazado a Israel en los propósitos de Dios. Esto no es cierto. Dios tiene un plan tanto para Israel como para la iglesia. Él hizo promesas de pacto con Israel, y esas promesas son tan válidas hoy como lo fueron hace miles de años.

Usted y yo vivimos en un período en el que las profecías bíblicas del fin de los tiempos sobre Israel se están cumpliendo. Este es el privilegio que Dios le ha dado a nuestra generación. Y hay más profecías aún por cumplirse, incluyendo aquellas que dicen que los judíos reconocerán a Jesús como su verdadero Mesías.

La Iglesia de Cristo

Las profecías bíblicas sobre la iglesia incluyen predicciones de persecución, apostasía y la fidelidad del remanente de Dios. En el último siglo hemos visto más profecías cumplidas sobre la iglesia que nunca antes. Algunas profecías que tienen que ver con la persecución de la iglesia se cumplieron durante la Edad Media, pero otras se siguen cumpliendo hoy en día en países donde el cristianismo es ilegal o está condenado al ostracismo. (Vea, por ejemplo, Mateo 24:9–10).

Al mismo tiempo, especialmente en Occidente, la iglesia está pasando por uno de sus mayores momentos de apostasía, tal como se predijo. (Vea, por ejemplo, 1 Timoteo 4:1). Estamos viendo un apartamiento de la fe, de lo sobrenatural y del ministerio del Espíritu Santo que resulta bastante alarmante. Porciones significativas de la iglesia están ignorando o renunciando a lo sobrenatural, al poder del Espíritu Santo, y a la eficacia plena de la cruz. La iglesia se ha apartado del sacerdocio de los creyentes, la oración, la adoración y el ayuno. Para muchas congregaciones, la iglesia se ha convertido en un mero club social. Algunos tratan de ayudar a sus comunidades y al mundo, pero lo están haciendo sin el poder de la cruz y del Espíritu de Dios. 

Pero hay un remanente de cristianos que aceptan de todo corazón al Espíritu Santo, y todo lo que Dios desea derramar sobre Su pueblo. Creo que esos cristianos constituyen la verdadera iglesia que no claudica. Vemos una referencia a este fiel remanente en el libro del Apocalipsis, que repite la frase “el que vence”. (Vea, por ejemplo, Apocalipsis 2:7; 3:6; 21:7).

Esta generación está a punto de ver el mayor derramamiento del Espíritu Santo y el mayor avivamiento de la historia. La iglesia remanente está a punto de entrar en la gloria de Dios. Este remanente completará su ciclo espiritual cuando la novia de Cristo sea tomada por su Esposo, Jesús. 

En estos días, el Señor quiere revelarse más plenamente a la iglesia, y por eso está trayendo manifestaciones de Su gloria. Sólo cuando moremos en Su gloria dejaremos de buscar en los seres humanos nuestra fuerza y ayuda, y en su lugar lo buscaremos a Él. El Espíritu Santo está develando, hoy más que nunca, mayor entendimiento espiritual sobre los elegidos de Dios. Solo a través de la revelación del Espíritu de Dios veremos lo que ningún ojo ha visto y oiremos lo que ningún oído ha oído. (Vea 1 Corintios 2:9–10).

El mundo

Las profecías acerca de los últimos tiempos del mundo incluyen predicciones de confusión generalizada y aumento del aprendizaje. Cuando Jesús habló de las señales de los últimos tiempos, incluyó la señal de la “perplejidad” o el desconcierto: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas” (Lucas 21:25). Esto significa que los pueblos del mundo no sabrán qué hacer con los problemas que experimentan globalmente y en sus comunidades.

Además, en el libro de Daniel, leemos, “Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Desde principios del siglo veinte, la humanidad ha hecho grandes avances en la ciencia, la tecnología y la medicina. Pero incluso con todo el conocimiento adquirido, los seres humanos están confundidos por cuestiones graves para las que parece no haber respuestas. El mundo está perplejo por problemas como los desastres naturales; la angustia ambiental; las enfermedades, dolencias y plagas; los gobiernos corruptos; las políticas divisorias; y la incertidumbre económica. Además, a la gente le preocupan los problemas de seguridad actuales, como la inestabilidad política en el Oriente Medio y la amenaza de ataques terroristas. Los individuos luchan incluso con la perplejidad en sus vidas personales.

¿Por qué Dios ha permitido que un espíritu de confusión opere en la tierra en medio de todo nuestro avanzado conocimiento humano? Porque los seres humanos debemos entender que, sin Dios, Su Palabra y Su Espíritu, no podemos encontrar respuestas a los grandes problemas que enfrenta nuestra generación. 

He llegado a la conclusión de que la única forma que la gente toma en serio a Dios es cuando atraviesa alguna crisis. Nuestro mundo claramente está enfrentando ciertos tipos de crisis para los cuales, humanamente hablando, no hay salida. Sólo Dios tiene las respuestas. Así como las soluciones a nuestros problemas individuales vendrán por revelación del Espíritu de Dios, las respuestas a las perplejidades de la humanidad también vendrán por revelación.

Como iglesia, debemos estar listos para recibir y transmitir la revelación de Dios a fin de resolver esas perplejidades. Para ello, debemos volver a los fundamentos de la verdad, la fe, lo sobrenatural, la cruz, la resurrección, el poder de Dios, la sangre de Cristo y otras poderosas realidades espirituales que Dios ha revelado en Su Palabra. Esta es la única manera como podemos permanecer firmes, como remanente fiel, ministrando al mundo mientras preparamos el camino para la segunda venida de Cristo.

En el día 6, exploraremos el significado de “la plenitud de los tiempos”.