Date El Gusto De ReírMuestra
¡Alegría!
¿Has escuchado la expresión, “muchacho, cambia esa cara”? Seguramente las has oído en algún momento, sea que te la dijeran a ti, que tú la dijeras o que la escucharas decir a otra persona. Esa expresión implica que la expresión de la cara, de tal o cual persona, no es agradable al que la ve.
Tal vez, esté enojada, triste, preocupada, o asustada y probablemente tiene razón para estarlo. Sin embargo, para la otra persona que conoce las razones de tal expresión del rostro o que las desconoce, esa expresión le incomoda porque no es fácil estar ante el rostro descompuesto de una persona.
Ocurre que nos complace ver a otra persona feliz, nos es grato estar a su lado y sentimos que su alegría nos contagia y es fácil tener una sonrisa con el alegre de corazón.
Pero, ¿Cómo definimos la alegría? ¿Puede la alegría ir y venir como el pájaro que vuela de rama en rama? ¿Si todo va bien hay alegría pero si se presenta la adversidad se ausenta el gozo?
Comencemos definiendo la alegría. Es un sentimiento grato y vivo producido por un motivo placentero que, por lo común, se manifiesta con signos externos. Para los cristianos estar alegres no siempre va a depender de circunstancias sino de verdades que son nuestras por la fe en Jesucristo. ¿Cuál es esa verdad? ¿Cuál es ese motivo placentero? La presencia de Dios en nosotros.
El rey David hablando acerca de sí mismo, dijo: “Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu presencia. Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.” Salmo 21:6-7 (RV60)
La presencia de Dios en el cristiano no va y viene. Cuando las cosas están bien, Dios está y cuando las cosas no van bien, también. Por lo que el motivo y la razón de nuestra alegría, es permanente. Es probable que nuestro rostro se alinee con nuestras circunstancias y expresemos tristeza, preocupación, etc., es lo más natural. Dios no nos pide que tengamos una sonrisa en la cara si nuestro corazón experimenta dolor.
Lo que el Señor quiere es que permanezcamos en el gozo que nos da saber que su presencia está con nosotros, que no nos ha dejado solos y que su amor nos acompaña en medio de toda circunstancia. Ese conocimiento nos lleva a tener alegría en el alma y a adorarle con todo nuestro corazón. “Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.” Salmo 43:4 (RV60)
Escrituras
Acerca de este Plan
La risa es un lujo que no todos tienen la bendición de disfrutar. Para estas personas, es más fácil y natural tener el ceño fruncido y una expresión seria o malhumorada. Para otros, la risa es una forma natural de expresión, que les acompaña en tiempo de sol y tiempo de lluvia. En este plan consideraremos el valor de la risa y la bendición de esa expresión del alma.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage