Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

El recuento de los dañosEjemplo

El recuento de los daños

DÍA 6 DE 7

Generosidad

Cuando pensamos en el amor de Dios, el versículo por excelencia comienza así: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito” (Juan 3: 16a).

El amor de nuestro Padre se expresó al darnos a su Hijo, estableciendo un valioso principio: no se puede amar sin dar.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde vino todo lo que tienes hoy? Piensa un momento en ello: tu familia, trabajo, celular, tus ahorros, medicamentos, tu jubilación. Quizás piensas que lo que posees es fruto de tu trabajo y esfuerzo, pero déjame decirte que Dios es el proveedor de todo aquello que te hizo ser quién eres y tener lo que tienes.

Todo esto suena bonito y si estás pasando por un buen momento de tu vida, seguramente estarás de acuerdo con esa afirmación. Y es que, cuando las cosas van bien y nuestras finanzas no se ven amenazadas, no es difícil testificar de la bondad de Dios, de su provisión, y declarar que le damos el control de todo lo que nos concierne. Sin embargo, en circunstancias adversas, es ahí donde nuestras convicciones son probadas, pues debemos decidir si nuestra confianza continuará puesta en Dios o en el dinero que tenemos o que estamos luchando por conseguir o no perder.  

Uno pensaría que, en situaciones así, es lógico que nuestra prioridad sea tomar todas las decisiones y acciones orientadas a resolver nuestro problema, dejando de lado o al menos postergando nuestra ayuda en pro de las necesidades de los demás. Es interesante ver el efecto dominó que se genera cuando empezamos a retener ‘nuestro’ dinero. En poco tiempo, empezamos a ser egoístas no sólo con nuestras finanzas, sino también con nuestro tiempo, trabajo, servicio, focalizando toda nuestra energía en intentar recuperar nuestra estabilidad financiera. Lo demás pasa a un segundo plano. Ciertamente estamos dependiendo de nuestras propias fuerzas en lugar de poner nuestros ojos en Dios. 

Dejar que nuestra economía dependa de Él, significa no solamente interesarnos en nuestros propios intereses, sino también en los demás. De la misma forma en que Dios nos da, compartimos con otros lo que tenemos, pues el amor que profesamos se refleja en lo que estamos dispuestos a dar. Dios espera que seamos generosos en todo momento y demos de manera desprendida. Hacerlo de otra forma no sirve. Por ello, Pablo instruye que demos con un corazón alegre, no de mala gana, ni por obligación.

Y mientras somos utilizados como respuesta a las oraciones de alguien más, Jesús nos dice que lo que demos nos será devuelto, no en la misma cantidad, sino que será medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Todo esto, para suplir todas nuestras necesidades y también para que continuemos bendiciendo a los demás con buenas obras.

Quizás tus circunstancias, en este momento, te hacen pensar que no estás en la posibilidad de ayudar en las necesidades de tu iglesia o de alguien que, al igual que tú, está pasando por una situación difícil. Tú sabes, esperando ese momento ideal donde crees que estás en condiciones de hacerlo. Sin embargo, todos estamos en posibilidad de dar algo hoy. En lugar de postergar, así como Pablo le dijo a la iglesia en Corinto, te animo a dar, no sólo de buena voluntad, sino que sea según tus posibilidades, es decir, en función a lo que dispones en este momento.

Todos tenemos algo para dar y, como dice Lucas 6: 38 en la versión The Message: Dar, no recibir, es el camino. La generosidad engendra generosidad.

Susana Llosa
Editora YVT - Jazôn

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

El recuento de los daños

Quizás hayas sentido que tu vida se ha sacudido y muchas cosas se han dañado, quebrado, roto o perdido. La buena noticia es que hay esperanzas. Jesús es especialista en buscar y salvar lo que se ha extraviado. Hagamos el recuento de los daños y dejemos que sea Él quien nos restaure.

More

Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/