En tu falla, clamaMuestra
Día 1: RECONOCIMIENTO
Estaba en un ayuno, hace algunos meses y la tentación que pensaba que había superado atacó otra vez fuertemente a mi vida: “DESEOS SEXUALES”. Debemos llamar las cosas como son para empezar.
Hacía mucho tiempo que estaba tratando de dejar en mis propias fuerzas esa atadura, pero no tenía las fuerzas ni nunca tendré las fuerzas suficientes para poder romper cosas que solo el poder de Dios manifestado en nuestras vidas puede hacer.
Sentía que ese ayuno había manifestado tantas cosas en mi pero solo en cuestión de segundos me sorprendía como volvía a caer en lo que sentía que ya había superado. El resultado ante ese pecado fue el dolor, sentí vergüenza en fallar. En ese preciso momento, me era difícil buscar a Dios. Me resultaba difícil de asimilar como había podido destruir todo lo que en los últimos meses había construido.
La Biblia dice que el que se sienta muy seguro y firme se cuide de no caer, y he de reconocer que a mi me faltó algo el cuidado y eso se debe a que creí en mis propias fuerzas y autosuficiencia y no tuve completa dependencia de Dios.
Me sentía muy triste y afligida por lo que había hecho, por como perdía una conexión con lo eterno por algo temporal y efímero y la verdad es que no sabía como responder ante dicha situación, pero hubo alguien que me ayudó poco a poco a entenderlo y a captar la forma correcta para poder avanzar aun en medio de mis fallas. El Espíritu Santo me dio la respuesta de cómo superar mis errores y el secreto para no volver a caer en ello.
Es con este objetivo que escribí este devocional: para testificar y para que otros sean edificados y cuenten con la ayuda de Dios para reponer su vida espiritual.
Quiero que te detengas unos pocos minutos y ores al Señor de la siguiente manera:
Creador y Dios mío, hoy vengo delante de ti reconociendo mi falla, sabiendo que no soy perfecto, que no tengo fuerzas suficientes para dejar de hacer las cosas que a ti no te agradan y clamo por la intervención de tu Espíritu Santo en mi vida. Necesito que vengas y me ayudes porque solo no puedo, Señor. Me arrepiento de haber hecho todo lo que ha causado un disgusto. Perdóname Señor y te pido que me limpies, que sanes, que cierres toda grieta que está abierta y que da apertura a todo aquello que no proviene de ti. En el nombre de Jesús. Amén.
No podemos seguir con nuestras vidas hasta no reconocer que no estuvo bien lo que hicimos. El primer paso es arrepentirnos de aquello que hicimos o hacemos.
Quiero que tomes nota de porque no había podido superar lo que me atacaba:
1- No me arrepentí, solo me sentí mal por haberlo hecho, pero no era algo que si me dieran la oportunidad de no volverlo a hacer no lo hubiese hecho una vez más.
2- Confiaba en que yo sola podía hacerlo, en que era suficiente mi disposición para no caer más, que estaba demasiado fuerte en la fe y que por eso nada podría derribarme. Me olvidé de que si estaba de pie era porque Dios me sostenía y la Biblia dice que confiemos en el Señor con todo nuestro corazón y que no nos apoyemos en nuestra propia fuerza.
Acerca de este Plan
¿Qué debo hacer si una vez más le fallé a Dios? Algunas veces tomamos recaída en cosas que sabemos que a Dios no le agradan, pero es el tiempo de romper con todo aquello que no es agradable para Él, pero no con nuestras fuerzas sino con las de Él.
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Nos gustaría agradecer a Un alma para Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/unalmaparadios/