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 Escrito por María, 17 años, de Fort Worth, Texas, EE. UU. 

Todos nos encontramos en situaciones en las que necesitamos ayuda. Del mismo modo que nos gustaría que alguien nos ayudara, deberíamos ayudar a los que pasan necesidad. Como hijos de Dios, estamos llamados a servir a los demás, y podemos aprender del ejemplo de Jesús. Él es muy amoroso y siempre está dispuesto a servir a los demás. 

Personalmente, siempre he sido una persona tímida. Tuve un poco de miedo de   asumir el papel que Dios tiene para mi vida. Sin embargo, este año me convertí en líder de un grupo de jóvenes y descubrí que servir a los demás me brinda pura alegría. Me permite acercarme más a Dios. 

Aunque podría significar salir de tu zona de confort, te animo a que hagas tu mejor esfuerzo para ayudar a los necesitados sirviendo. Cada acción, grande o pequeña, hace la diferencia, y puedes impactar la vida de otras personas de maneras maravillosas. 

 Así que piensa en un paso que puedas dar hoy para ayudar a otra persona.