Sal De Mi MenteMuestra

Puede que hayas notado que algo en ti ahora es muy diferente a cuando eras un niño. Antes sólo vivías la vida. Ahora, eres consciente del creciente número de decisiones que tienes que tomar. Con esa conciencia también viene la de un tira y afloja entre lo que tu espíritu quiere (decisiones sabias que honran a Dios), y lo que tu naturaleza humana quiere (decisiones imprudentes). Cuando no están del todo de acuerdo, ceder a la tentación se convierte en la opción más fácil si bajamos la guardia o vivimos desconectados de Dios. 

Podemos empezar a confiar en nuestros impulsos viscerales y no en la capacidad para tomar decisiones sabias que provienen de estar conectados con Dios. Por suerte, no estamos solos para resolverlo por nuestra cuenta. 

Vigilemos, estemos atentos y oremos; conectémonos con Dios con regularidad para ser capaces de resistir la tentación.