¿Hay alguna manera de dejar el alcohol? | Luis Palau RespondeMuestra

¿Hay alguna manera de dejar el alcohol?

Antes de comenzar a escribir sobre este tema quiero decirte que sí puedes vencer el alcoholismo. Definitivamente puedes hacerlo, y quiero guiarte en cómo hacerlo dirigiéndote en tres pasos bíblicos.

Conozco muchos hombres y mujeres que pasaron por esta situación con distintos niveles de dependencia del alcohol y lograron sobreponerse, entre ellos un amigo muy especial que iba camino a la ruina total a causa del alcoholismo, y hoy lleva una vida triunfante. Él era ejecutivo en una gran empresa y debido a su cargo se vio presionado a llevar una vida social intensa y, por consiguiente, a beber. Casi sin darse cuenta, día tras día se fue acercado más y más a la dependencia del alcohol, hasta el punto de que lo controló y lo arrastró a un precipicio emocional en donde perdió todo, incluida su familia. Pero hoy es un hombre libre. 

No conozco tu situación particular, pero conozco al Dios que puede librarte de ella, sea cual fuere.

Siempre me ha llamado la atención el hecho de que Jesús comenzó su ministerio dando un primer gran mensaje con los puntos básicos del nuevo orden, algo así como la carta constitucional del reino que se abría para los hombres y mujeres de fe. El Reino de los Cielos.

En ese primer mensaje, en la ladera de una montaña, que hoy conocemos como el Sermón del Monte, dijo, al comenzar: “Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él” (Mateo 5:3).

Primer paso:

El primer paso para librarse de esa fuerte tentación es desear con la misma fuerza ser liberado y admitir el hecho de que uno es alcohólico. Y esto tiene un paralelo con lo que enseñaba Jesús en aquel Sermón del Monte, y lo que enseña toda la Biblia. Ante todo, uno debe admitir que es un esclavo del pecado, en este caso del alcohol, y “Dios bendice a los que… se dan cuenta…”.

Segundo Paso:

El segundo gran paso es llenarse del Espíritu de Dios. La Biblia dice claramente: “Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan. No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón. Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:15-20).

¡Qué fabuloso consejo! Síguelo y serás libre del alcohol. 

¿Sabías que cuando una persona es llena del Espíritu Santo tiene ciertos efectos que se asemejan en un sentido a los del alcoholismo? Hay alegría, euforia, entusiasmo, gozo, emoción y, además, con Dios llenando cada espacio de tu vida también se agrega un sentimiento de paz interior que te completa. Con el Espíritu de Dios en tu vida sentirás el deseo de cantar para expresar de alguna manera todo este gozo que entrará en tu vida, tal como dice el apóstol Pablo en el pasaje de Efesios que leímos recién. Sentirás un gozo y una satisfacción que no dependerá de las circunstancias externas por las cuales estés pasando. Sino que supera todo, y te eleva a niveles en donde tu mente, alma y espíritu se satisfacen solo sabiendo que Dios está en control.

Y quiero decirte que recibes el Espíritu Santo cuando le abres el corazón a Cristo. Si estás dispuesto a abrir tu corazón al dador y cumplidor de cada promesa, me gustaría guiarte en una simple oración de fe:

“Confieso que he caminado por senderos que no te agradan. Pero hoy me arrepiento de mis pecados y te pido perdón. Creo que, en tu amor, no me has dejado librado a la muerte y a la soledad. 

Creo que Jesucristo murió para darme vida a mí, y al mundo entero, y que Tú lo resucitaste de entre los muertos.

Por favor lávame en tu sangre, perdonando todos mis pecados. Por favor lléname de tu Espíritu Santo y hazme una nueva creación. Dame hoy, Dios mío, la seguridad de la vida eterna. Amén”.   

Tercer paso:

Sigue la enseñanza que nos da la Biblia en el pasaje que leímos de Efesios 5, y esfuérzate en ser agradecido cada día por cada cosa que tienes y disfrutas. No mires lo que te falta, porque ello te nublará la vista de lo que tienes. ¡Enfócate en dar gracias!

Luis Palau