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EL SIMPLE ACTO DE COMER PUEDE MARCAR LA DIFERENCIA

Quizás los médicos te hayan dicho que no hay esperanza. Quizás hayas vivido con una enfermedad durante tanto tiempo que has renunciado a librarte de ella. Tal vez algo que habías superado ha vuelto con tanta fuerza que piensas que esta vez no lo podrás vencer.

Cualquiera que sea la enfermedad que hoy enfrentes, debes saber que no proviene de Dios. La enfermedad y la muerte no eran parte de Su plan para el hombre. Fueron liberadas en el mundo cuando el hombre pecó al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Pero hoy hay buenas noticias para ti: así como la enfermedad y la muerte llegaron a través del simple acto de comer, Dios ha ordenado otro acto de comer para la restauración de la salud y la integridad que el hombre perdió en la caída. Me refiero a la Santa Cena y está fácilmente accesible y disponible para ti hoy.

Cada vez que participas de la Santa Cena, estás proclamando la muerte de Jesús en la cruz que revirtió la maldición provocada en el jardín del Edén. Cada vez que participas de la Santa Cena, experimentas el mismo poder de la obra redentora de Jesucristo liberada en tu cuerpo, ¡especialmente para tu sanidad y tu salud!

En los próximos días, descubrirás más sobre este poderoso regalo de la Santa Cena y cómo puedes literalmente comer a la mesa y encaminarte hacia la vida y la salud.