Por Más Dura Que Sea La PruebaMuestra

“Por más dura que sea la prueba”

No te rindas, no desfallezcas, no pierdas la fe. No hagas caso a las voces que van en contra de lo que Dios ha dicho, no te desvíes de su camino por enfocarte en el dolor y en las circunstancias. Por más dura que sea la prueba sigue firme en sus promesas, aférrate cada vez con más dependencia de Cristo Jesús, de sus enseñanzas que te alentarán a permanecer en pie ante su voluntad.

Por más dura que sea la prueba no dejes de glorificar a Dios a través de la fe que te ha dado, a través de la oración, de la obediencia y de la confianza que te permite ejercer en el poder de su Espíritu. Espera, espera confiadamente en su obrar, Él está obrando, aunque no lo veas; Él está haciendo, aunque no lo sientas. Veremos su gloria, veremos cómo esto que estamos viviendo será motivo de alabanza y gloria para su Nombre, ahora y siempre.

Los hijos de Dios tenemos claro que es fácil glorificar a nuestro Padre, en tiempos fructíferos, cuando todo está bien, cuando los anhelos de nuestro corazón son respaldados por su gracia. Sin embargo, la mejor manera en que podemos glorificar a Dios es precisamente cuando hemos aprendido a valorar sus riquezas manifiestas aún en medio de la prueba: su perdón, su fuerza, su gracia, su misericordia, su generosidad, su protección y principalmente su presencia. Alabar a Dios en tiempos de victoria es algo sencillo de hacer, hasta algunos impíos se jactan de amarlo cuando en medio de su prosperidad material y económica creen estar respaldados por Él, claro, están felices con el tesoro de su corazón, felices con su prosperidad a pesar de estar totalmente apartados de los caminos del Señor.

Quienes conocemos la Palabra sabemos que glorificar a Dios va más allá de expresar en momentos de euforia, de triunfo y de gozo cuánto le amamos; al Señor le hacemos saber que lo amamos especialmente en medio de la prueba, cuando vemos que aparentemente no pasa nada, cuando incluso sin tener lo que tanto anhelamos seguimos creyendo y obedeciendo, firmes en su voluntad.

Es fácil alabar a Dios en tiempos de gloria; sin embargo, la alabanza que agrada a Dios es aquella que sin duda alguna, manifiesta nuestra total dependencia de Él, nuestra confianza absoluta en sus promesas, confiados plenamente en que su Palabra es fiel y su voluntad buena, agradable y perfecta.

Por más dura que sea la prueba no desfallezcas en la fe, sigue firme y confiado en su Palabra, sigue en obediencia porque Él es fiel, Él está siempre con nosotros. Las pruebas hacen parte de las bendiciones que Dios nos permite disfrutar, pues estas producen fruto espiritual en nosotros y es la forma en que podemos hacer realidad nuestro principal propósito, el de glorificar a Dios a través de Cristo en nosotros.