QUE TU ERROR NO TE DEFINAMuestra

En 1 Samuel 13:7-14 puedo ver a Saúl desesperado, quizá ansioso. Pongámonos un momento en su lugar, había un ejército que él no creía poder derrotar, su gente comenzaba a desertar porque los adversarios eran muchos, ellos tenían miedo y para colmo Samuel no llegaba para hacer el sacrificio, creo que humanamente Saúl dijo: “No voy a lograrlo, tengo que hacer algo yo mismo” y en ese momento pide las cosas para hacer él mismo la ofrenda.

Sabemos que llega Samuel y lo reprende. Honestamente al principio pensé algo como: “No es Justo, él no hizo nada malo, solo ofreció el sacrificio a Dios” o “Solo se adelantó, hay que entender que estaba desesperado.”  Pero luego entendí:

- Hubo una desconfianza de Dios y de su tiempo: Tu y Yo sabemos que Dios tiene un tiempo que no es el mismo que el nuestro y creo que Saúl también lo sabía, pero la situación lo hizo tambalear y lo llevó a pasar a otro plano al Dios que había estado con él durante todo este tiempo.

¿Cuántas veces apresuramos procesos por creer que Dios está tardándose a nuestro auxilio y no pensamos en las consecuencias?

- Saúl era Rey NO Sacerdote: En los primeros libros de la biblia observamos que sólo el sacerdote podía ofrecer sacrificios. Cuando Dios habla al pueblo de cómo sería un rey en ningún momento habla de sacrificios y esto me recordó la historia en el libro de 2 Crónicas 26:16-23 es este relato podemos corroborar esto. ¡Qué gran lección! Hay líneas que definitivamente no podemos cruzar, a Saúl le costó el respaldo de Dios, le costó que su descendencia no pudiera seguir su legado, a Josías (el rey del otro relato) le costó una enfermedad y la salida inmediata de su reinado. 

¿Has pensado en qué nos podría costar a nosotros?

- Desobediencia: No es la menos importante, pero encierra de igual forma a todas las anteriores. Es tan importante que Samuel le cuestiona a Saúl en 1 Samuel 15:22 ¿Qué es lo que más le agrada al Señor: ¿tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.