1 Pedro: Vida Extraña, Dios Bueno.Muestra

Cuando todo esté dicho y hecho, solo habrá dos culturas: el Cielo, y el Infierno. Hoy en día, las decisiones que tomamos todos los días invitan el cielo a nuestras vidas, familias e iglesias, o arrastran hacia arriba el infierno a nuestras vidas, familias e iglesias. En esta sección, Pedro compara y contrasta estas dos culturas, urgiendo y dando la bienvenida a los cristianos a experimentar la cultura del Reino de Dios ahora mismo para que la vida esté marcada por “unidad ... simpatía ... amor ... un corazón tierno ... una mente humilde ... una bendición ... bondad ... paz ... mansedumbre ... respeto ... buena conciencia ...”

En la época de Pedro, la impopularidad de los cristianos se debía en gran parte al hecho de que su conducta moral había cambiado. Un cristiano hipócrita es un héroe, pero un cristiano santo es un cero. Los cristianos ya no estaban dispuestos a comer demasiado, beber demasiado, festejar de manera pecaminosa o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio (1 Pedro 4:1-4). Aquellos que los habían conocido previamente y disfrutaban pecando con ellos antes de su conversión consideraron que su cambio de vida era negativo. Los compañeros de bebida que perdieron a sus compañeros y los novios que fueron abandonados por sus novias que vivían juntos en casa y se fueron para caminar con Jesús no estaban contentos con la influencia que el cristianismo estaba teniendo en sus amigos. Jesús es un verdadero arruinador para los planes de fin de semana de tener citas, conocerse, beber y fornicar.

La impopularidad de los cristianos también se debió al hecho de que su devoción a Jesús por encima de todo y todos los demás hizo que se les considerara como subversivos que anulaban las normas familiares y culturales arraigadas durante mucho tiempo. Simplemente, una vez que las personas se hicieron cristianas, su estilo de vida cambió y dejaron de adorar a los dioses de su imperio, ciudad, gremio comercial o su familia. Esto puede parecer un rechazo a los antiguos amigos y familiares, y un repudio a las expectativas culturales profundamente arraigadas. Los fanáticos de Jesús son siempre los bichos raros y marginados, sin importar en dónde vivan.

Cuando los cristianos se negaron a participar en cualquier evento en toda la ciudad que incluyera honrar a dioses y diosas que no fueran Jesucristo, fueron vistos como malos vecinos, demasiado serios, y juzgadores. Hoy en día, esto sería el equivalente a no emborracharse en la víspera de Año Nuevo, cambiar cerveza por oración, y no emborracharse y maldecir hasta las abuelas del otro equipo de fútbol.

Diversas profesiones habían sido mantenidas por gremios comerciales, parecidas a nuestros sindicatos, que incluían reuniones con ritos religiosos y ceremonias dedicadas a varios dioses y diosas. Cuando los cristianos se negaron a participar en los aspectos religiosos de su gremio comercial, se les consideró poco profesionales. Incluso fueron degradados o despedidos de sus trabajos, sufriendo pérdidas económicas por su inquebrantable devoción a Jesucristo. Puede parecernos impactante que, a menos que adores a un demonio, el sindicato pudiera despedirte, pero intenta trabajar en la organización abortista Planned Parenthood después de que dejes de adorar al dios del sacrificio de niños del Antiguo Testamento llamado Moloc, y comiences a adorar a Jesús como Dios, y verás cuánto tiempo te mantienes tu trabajo. Los trabajos cambian y los sindicatos cambian, pero los demonios que operan a través de ellos siguen siendo los mismos.

Aún más, las familias se mantenían unidas en gran parte por tradiciones religiosas que incluían fiestas y comidas dedicadas a varios dioses y diosas que eran honrados por la familia tanto en los eventos del hogar como del templo. Cuando los cristianos se negaron a participar en este tipo de eventos festivos, se les consideraba irrespetuosos con sus familias. Hoy en día, los ejemplos modernos incluirían nuevos cristianos de hogares japoneses que se niegan a adorar a sus antepasados, conversos de la espiritualidad nativa americana que se niegan a unirse a su familia para adorar a los espíritus demoníacos de los animales y la naturaleza, y cualquier persona que provenga de una familia que adora el alcohol, los negocios familiares, un partido político o un equipo deportivo con celo religioso y simplemente pierde interés en esas cosas porque Jesús es suficiente para ellos.

Reflexión:

1. A veces, los cristianos sufren por hacer el mal y otras veces por hacer el bien. ¿Cómo has experimentado ambos tipos de sufrimiento en tu vida?

2. ¿Cómo es completamente contracultural la respuesta al mal que Pedro enseña? ¿Por qué es importante responder a Dios en lugar de reaccionar ante las personas cuando nos sentimos heridos u ofendidos?

3. ¿Hay áreas de tu vida en las que estás sacando la cultura del infierno a través de cosas como la amargura, la venganza, la calumnia, etc.? ¿A qué se parece el perdonar, sanar, seguir adelante y no quedarte atrapado en ese ciclo mortal?