Cantos De Adoración | Oru Worship Muestra

Mi ofrenda

Me encontraste en el pozo donde estaba bebiendo todo lo que me hizo secar, y aquí me das agua viva.

La historia de Jesús y la mujer samaritana en el pozo puede ser tan familiar para nosotros que tendemos a pasar por esa porción bíblica, pensando que ya conocemos sus por menores. Así que, nos decimos: «¿para qué lo volvemos a leer?» Pero cuando escribí las palabras de cuando Jesús ablandó mi corazón, me mostró lo que él me estaba contando sobre mí mismo en esa historia. Había pasado de todo persiguiendo cosas que pensé que me llenarían, que pensé que me satisfarían. Prometieron ser refrescantes y nutrientes, pero solo me dejaron más vacío. Pasé toda mi vida bebiendo lo que solo me hizo sediento de nuevo, perseguí la aprobación y atención, el éxito y la distracción. Estaba bebiendo frenéticamente de un pozo que únicamente me dejó seco y más desesperado que la última vez. Fue en este pozo que un día él me conoció. 

«Ven a conocer a un hombre en el pozo que me dijo todo lo que he hecho!» (Juan 4:29).

Yo añadiría: «Vengan y conozcan a un hombre en el pozo que me dijo todo lo que he hecho; ¡me dio agua viva!».

Pareciera que Jesús siempre aparece en el pozo, esa falsa fuente que tanto queremos que nos satisfaga, sabiendo que nunca lo hará. Cuando estamos en nuestro punto más bajo, afligidos por el dolor de nuestro vacío, tocando fondo es cuando él entra en escena:

«...pero quien beba el agua que les doy nunca tendrá sed. De hecho, el agua que les doy se convertirá en un manantial de agua que salta para vida eterna».