Eclesiastés: La aventura de una vidaEjemplo

Nuestro deber

El resultado de todo lo que Salomón tiene que decir en Eclesiastés es esto, obedece a Dios, escúchalo, dale honor y gloria. Este es el propósito de la humanidad. El tiempo, la alegría, el trabajo y la incertidumbre son contextos que nos invitan a la intimidad con Dios.

Toma mucho respeto tener temor a alguien de la manera en la que Salomón lo sugiere. Nuestra compulsión por entender no va a desaparecer. Es trascendental. No importa qué tanto progresemos, nunca estaremos completamente satisfechos con las respuestas a nuestras preguntas ni con el alcance de nuestra comprensión. Nos llena de humildad el acercarnos al que tiene las respuestas. Qué concepto tan aterrador. ¿Cuáles son las respuestas que ha decidido compartir y por qué? ¿Qué parte me toca hacer dentro de su plan? ¿Qué haré si esconde su aprobación de mí debido a mi comportamiento destructivo? ¿Estoy haciendo estas preguntas para conocer las respuestas, o hago preguntas para buscar su sabiduría eterna, bondad y planes para mí?

Cuando los niños saben que hicieron algo indebido, temen las consecuencias que vendrán de sus padres debido a su mal comportamiento. Así como Adán y Eva, también nosotros nos avergonzamos.

Nuestras limitaciones no fueron destinadas para avergonzarnos, sino para exaltar a Dios quienes somos a su imagen. Es aterrador saber cuánto dependen nuestras vidas de Él, y cuán poco control tenemos sobre nuestras circunstancias. Su voz nos llama a la obediencia, a la pertenencia. ¡Cuánto lo necesitamos!

Esta es la realidad del mundo. Esta es la verdad. La vida está diseñada intrínsecamente para invitarnos a tener una relación con Dios. Y tan aterrador como el mundo pudiera parecer, cuando realmente nos encontramos perdidos en Su mirada, es cuando más alivio y gozo nos brinda.

Oremos inclinando nuestras cabezas en rendición absoluta a Él. Aferrémonos a su voluntad buena y perfecta. Digámosle que no existe mayor gozo para nosotros que el obedecerlo, darle honor y gloria porque sabemos que esto es para lo que fuimos creados. Agradezcámosle una vez más por amarnos tanto y no ocultar su rostro de nosotros. ¡El Creador de todo se ocupa activamente de su creación!

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