[Grandes Versos] La grandeza de CristoMuestra

Jesucristo, el Primogénito

«Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación».

En Colosenses 1:15–23, tenemos uno de los pasajes más grandes de la Biblia sobre la gloria de Cristo. El pasaje comienza con la declaración sublime: «Él es la imagen del Dios invisible». Esto significa que Cristo es la imagen misma de Dios. Él es la representación exacta de Dios, porque él es Dios. El Hijo de Dios es, en efecto, Dios el Hijo. En Cristo, el Dios invisible toma forma visible. Cuando ves a Jesús, ves a Dios. Jesús dijo una vez a Felipe: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9).

Muchas personas han distorsionado ideas acerca de quién es Dios y han rechazado a un Dios que ni siquiera existe. Han rechazado una caricatura de Dios. Si quieres saber cómo es Dios, entonces mira a Jesús, porque Jesús es la imagen del Dios invisible.

La frase «primogénito de toda la creación» ha sido mal usada y distorsionada por las sectas. El término no significa que Jesús haya sido creado, como sugieren los Testigos de Jehová. En el antiguo cercano oriente, ser primogénito significaba mucho más que en nuestra cultura. Ser el primogénito significaba que tenías una posición de privilegio y honor. Con el tiempo, el término «primogénito», se utilizó como título de honor incluso cuando no se refería al hijo mayor.

Por ejemplo, en Éxodo 4:22, Dios llama a Israel su primogénito. Esto simplemente significa que Israel fue especialmente elegido y amado por Dios; no tiene ninguna referencia a que Israel haya nacido o que sea un hijo mayor. Es simplemente un título de honor y privilegio.

Aún más clara es la referencia a David en Salmos 89:27 que dice: «Lo haré (a David) el primogénito». David no era el niño mayor; de hecho, él era el más chico. Pero él era el hijo de Isaí que Dios honró y exaltó. Entonces, ¿qué significa este título en Colosenses 1:15? Decir que Cristo es el Primogénito de toda creación es decir que él tiene prioridad sobre todos, así como un hijo mayor tiene prioridad sobre los otros hijos.

Jesucristo tiene el lugar de la preeminencia, el honor y la gloria en el universo. Tiene el lugar de la supremacía por encima de todo. Es el Rey de reyes y Señor de los señores. No hay nadie como él. No es de extrañarnos que Agustín escribió una vez de Cristo: «En mi corazón herido vi tu esplendor y me deslumbró». ¿Estás deslumbrado por el esplendor de Cristo?