Mi Más Alto Escondite Muestra

Un escondite seguro 

Todos anhelamos seguridad, y Jesús puede satisfacer ese deseo en nuestros corazones. En sus brazos puedes estar seguro de que tendrás protección. 

Quiero que por un minuto pienses en un lugar que te haga sentir paz. Tal vez sea una playa, un campo de flores, un jardín o una montaña. 

Cuando Dios es nuestro escondite, encontramos una paz que no puede ser perturbada por las circunstancias que nos rodean. Él es el escondite más seguro. 

Dios cuida lo que es valioso para él, por eso es nuestro protector y nuestra ayuda en momentos de angustia. 

Su palabra nos dice que él es amparo y fortaleza para todos los que confían en él. Y porque Dios es la roca en la cual nos mantenemos firmes, no hay razón para que tengamos miedo, a pesar de que se desmorone la tierra a nuestro alrededor. 

En medio de dificultades financieras, él es nuestro lugar seguro; cuando no sabemos qué nos deparará el futuro, él es nuestro lugar seguro; cuando enfrentamos un diagnóstico negativo, él es nuestro lugar seguro. Dios está con nosotros y nunca nos dejará solos. 

Me encanta lo que declara David en el salmo 4:8 

“En paz me acuesto y me duermo,

porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”.

¿Alguna vez te has encontrado despierto por la preocupación de lo que ocurrirá al día siguiente? ¿Qué es lo que roba tu sueño por las noches? 

Hoy quiero animarte a que te aferres con todas tus fuerzas al más alto escondite. En Dios encontrarás la confianza para acostarte en paz y dormir tranquilo, sabiendo que el mismo Dios que te protegió el día de ayer, lo hará también mañana.  

Jesús es nuestro escondite. Su amor es seguro, su perdón es seguro, su salvación y sus promesas son seguras. Él es nuestro refugio seguro. 

Oración: Señor, ayúdame a poner toda mi confianza en ti. Pongo en tus manos todo aquello que me preocupa y te entrego el control total de mi vida. Gracias por ser mi escondite seguro. Amén.