[Espíritu De Liderazgo] PrácticaMuestra

Abrazar la humildad

Una segunda práctica de liderazgo es abrazar la humildad. El segundo gran obstáculo que tenía Josué era la ciudad de Jericó. Amurallada, era una fortaleza. Parecía insuperable, impenetrable. 

Pero cuando Josué estaba cerca, contemplando cómo podría conquistar la ciudad, la Escritura dice que miró hacia arriba y vio a un hombre de pie frente a él con una espada desenvainada en la mano. Josué se acercó a él y le preguntó: «¿Estás a favor de nosotros, o de nuestro enemigo?». «Ninguno de los dos», respondió, «pero como comandante del ejército del Señor he venido ahora». Entonces Josué cayó boca abajo al suelo en reverencia y le preguntó: «¿Qué mensaje tiene mi Señor para su siervo?». El comandante del ejército del Señor respondió: «Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás parado es santo». Y Josué lo hizo así.

En este momento, cuando Josué pudo reclamar su liderazgo militar sobre el pueblo de Dios y conquistar la ciudad de Jericó, primero tuvo que humillarse para recibir las instrucciones del líder de los ejércitos de Dios. Mientras se enfrenta a este gigante, este guerrero del Cielo, el líder de los ejércitos de Dios, Josué le dice: «Oye, ¿has venido a mí de nuestro lado? ¿O estás de su lado?». Y el Señor le dice: «No estoy del lado de nadie. He venido a descubrir quién está de mi lado».

Es lo mismo en tu vida. Si vas a ser un líder, un líder empoderado por el Espíritu, tienes que tomar la decisión de que vas a estar del lado de Dios. Alguien dijo que Dios es para ti, y sí, él es para ti, si tú eres para él. Si no estás para él, él no es para ti. De hecho, él está en tu contra.

Elige el ejército del lado del Señor. Algunos de nosotros necesitamos salir del lado oscuro y pasar al lado del Rey de reyes y Señor de señores, porque él va a ganar. ¿Estás de su lado?

El tema musical del líder empoderado por el Espíritu nunca debe ser I Did It My Way (Lo hice a mi manera). No. Para ser un líder para Dios, debemos quitarnos los zapatos y humillarnos bajo su autoridad. Josué tuvo que abrazar la humildad antes de que llegara la victoria.